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El auténtico protagonista de la plaza Martí y Monsó ha sido el teatro de la Comedia, que desde el siglo XVII hasta principios del XX, tuvo sus puertas de acceso en la plaza. Por eso, el rastro de los nombres oficiales o populares de esta recoleta plaza, hasta que el Ayuntamiento aprobó el actual el 28 de enero de 1921, nos habla de plazuela del Teatro, patio de Comedias, plazuela del Teatro Viejo, e incluso plaza del Coca, por haberse construido en 1930 un cine (un mega cine con capacidad para 1.500 espectadores) con este nombre en el solar que ocupó el corral de Comedias y luego el Gran Teatro. El Coca cerró sus puertas en 2003. Otros nombres más antiguos tuvo, como calle Nueva de San Lorenzo o calle Campanas. En fin, del famoso corral de Comedias queda el nombre de la pequeña calle que une esta plaza con la de Santa Ana.
Los nombres de 'Comedia' o 'Coca' están tan popularizados en Valladolid que seguramente muchas personas dudarán a la hora de indicar donde está la plaza si algún forastero les pregunta por Martí y Monsó.
José Martí y Monsó fue un personaje de importante trayectoria profesional y cultural. Nació en Valencia en 1840 y en 1912 falleció en Valladolid, donde pasó gran parte de su vida. Tomó plaza de profesor de la Escuela de Bellas Artes de Valladolid en 1863 y desde 1871 hasta su fallecimiento, fue director de la la misma. Fue académico de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción y fundador de la Sociedad Castellana de Excursiones y, además, nos legó un importante compendio de arte en su libro «Estudios histórico-artísticos».
Cuando el Ayuntamiento decidió poner el nombre de Martí y Monsó a la plazuela del Teatro, el historiador y arquitecto Juan Agapito y Revilla escribió que José Martí se revolvería en la tumba, pues siempre censuró que se cambiara el nombre de las calles, sobre todo si decían algo como recuerdo de la historia o el arte de la ciudad.
En 1996 el Ayuntamiento acometió una reforma profunda de la plaza que incluyó una completa peatonalización de todo el entorno y la colocación de dos esculturas: Las sirenas, de Concha Gay formando parte de una bonita fuente; y El comediante, de Eduardo Cuadrado, evocación del viejo teatro de la Comedia: un personaje que se cubre de la intemperie con un paraguas y porta la maleta típica de todo comediante que iba de pueblo en pueblo, instalado frente al número 2 de la plaza, donde estuvo el Corral de Comedias.
Ahora, la plaza forma parte del entramado hostelero que domina el centro de la ciudad, y su peatonalización la ha convertido en un enclave muy concurrido por turistas y lugareños para tomar vinos, pinchos y copas. De tal manera que prácticamente todos sus bajos comerciales se han habilitado como establecimientos hosteleros.
La plaza, de agradable aspecto, especialmente cuando no está muy concurrida, ha conocido eso que ahora se llama gentrificación (palabra de origen inglés recién admitida por la Real Academia Española) que no es sino el desplazamiento de la población original por otra de un nivel adquisitivo mayor, y la sustitución de las actividades tradicionales para servicio de los habitantes de la misma por otros negocios dirigidos al público en general y al turismo en particular. Y ciertamente así ha sido si vemos los cambios urbanos de la plaza en la que el mayor exponente es el derribo del cinema Coca y la construcción en su solar de un edificio residencial de cuatro alturas, la ocupación de los bajos por bares y restaurantes.
Entre los viejos negocios, no faltaba, por ejemplo, la imprescindible carbonería, pues se trataba de una plaza más del Valladolid tradicional en la que había la típica fuente de piedra con su farola encima para servicio del vecindario.
Martí y Monsó forma esquinas con dos calles con el nombre de personajes singulares: Dulzainero Ángel Velasco (que vivió en esta plaza) innovador de la dulzaina y maestro de maestros, como lo fue de Agapito Marazuela; y Calixto Fernández de la Torre (donde vivió Martí y Monsó), apreciado político muy vinculado a la vida cultural vallisoletana, que fue alcalde de la ciudad.
El arquitecto Teodosio Torres López (autor del Instituto Zorrilla y el Hospital Provincial entre otras muchas obras notorias) y Martí y Monsó eran concuñados pues sus respectivas esposas eran hermanas.
Nevasa, en colaboración con la Escuela de Arte y Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, va a proceder a restaurar la modesta tumba de José Martí en el Cementerio Municipal del Carmen, para mantener su recuerdo.
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José María Díaz | Palencia y Francisco González
Ivia Ugalde, Josemi Benítez e Isabel Toledo
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