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Carlos Espeso
Callejeando por Valladolid

Un paseo por «la amurallada» Rondilla de Santa Teresa

El barrio vallisoletano es ahora el resultado de una importante modificación de su trazado llevado a cabo en la primera mitad de los años ochenta

Jesús Anta

Valladolid

Viernes, 3 de mayo 2024, 00:08

El nombre de la calle Rondilla de Santa Teresa y el punto en el que empieza –en la esquina con Portillo de Balboa-, nos retrotraen a cuando Valladolid tuvo murallas o cercas, más para protegerse de epidemias cerrando sus puertas y evitar la entrada de extraños, o para establecer accesos obligatorios con la finalidad de cobrar impuestos a cuantos venían de fuera a vender sus productos al mercado de la villa.

Rondilla o ronda, es decir paseos que circundan una ciudad amurallada; y portillo o puerta menor de acceso al interior de la misma. La calle que recorremos da nombre a todo el barrio de la Rondilla, levantado sobre viejas huertas, y viene lo de Santa Teresa de que casi al cabo de la misma está el convento que fundó la santa carmelita a finales del siglo XVI.

La Rondilla de Santa Teresa actual es el resultado de una importante modificación de su trazado llevada a cabo en la primera mitad de los años 80: se retranqueó el muro que cerraba el campo de deportes del Instituto Zorrilla para «abrir» la calle en línea recta hacia la parte trasera del Hospital Río Hortega, y el arco o puerta de los carros que estaba embutida en el muro quedó aislada y pasó a formar parte de unos jardines pegados a las casas.

Arco o puerta de los carros. Carlos Espeso

Lo primero que veremos en el recorrido de la calle son antiguos edificios de promoción pública (grupo 18 de julio, de los años 50, construido sobre fincas agrícolas) que, como se ha hecho en otros casos, se han realizado importantes reformas que les ha supuesto una nueva vida acorde con los tiempos presentes y con las necesidades de sus habitantes: instalar ascensores y mejorar notablemente su aislamiento térmico, de tal manera que se reduzca el consumo de energía, con lo que supone de ahorro económico para sus moradores y de mejora del medio ambiente urbano, además de darlas un aspecto estético renovado y moderno.

Edificios de la calle Rondilla de Santa Teresa. Carlos Espeso
Imagen principal - Edificios de la calle Rondilla de Santa Teresa.
Imagen secundaria 1 - Edificios de la calle Rondilla de Santa Teresa.
Imagen secundaria 2 - Edificios de la calle Rondilla de Santa Teresa.

En la acera de la izquierda, la Residencia Universitaria Blanca de Castilla y un gran bloque de viviendas cubren el espacio que media entre la trasera de la Casa del Sol y el Instituto Zorrilla. Hasta hace dos años –abril de 2022- junto a la Blanca de Castilla hubo otra residencia estudiantil regentada por las Hermanas Oblatas desde 1978, pero se derribó para construir un edificio de viviendas de cinco plantas.

Derribo de la Residencia de las Hermanas Oblatas en 2022. J.A

Pronto llegaremos a una pequeña zona ajardinada en la que destaca la conocida «puerta de los carros». Se trata de un antiguo portalón de acceso a la huerta de los dominicos de San Pablo en el que se construyó el Instituto Zorrilla. E inmediatamente próximo a la puerta se verá un león con el escudo del Duque de Lerma. Se supone que es uno de los que adornaban la tapia del convento en la que estaba instalada esta puerta: una lápida indica que la misma, de estilo clásico, data de principios del siglo XVII.

León con el escudo del Duque de Lerma. Carlos Espeso

Lo que da a Rondilla de Santa Teresa del Instituto Zorrilla, que hace esquina con Cardenal Torquemada, es el polideportivo de dicho centro educativo. Se construyó intentando respetar lo más posible su histórico entorno. Para evitar que destacara excesivamente en altura y desentonara por sus colores, se diseñó semienterrado, además de utilizar materiales discretos que no llamaran la atención.

Por cierto, aunque seguramente se ha dicho muchas veces, no está de más insistir en que este Cardenal Torquemada, aunque fuera tío del Torquemada inquisidor, fue un clérigo culto y conciliador, además de impulsar la construcción del convento de San Pablo.

Discurre la calle por detrás de la mole del Hospital Clínico Universitario Rondilla, inaugurado en 1953 con el nombre de Onésimo Redondo, hasta que en 1984 se cambió por Río Hortega. A favor de ese cambio de nombre se pronunciaron varias voces respetadas, como la del médico Pedro Gómez Bosque, que alegó que fue uno de los científicos e investigadores de más talla que había tenido España.

Y en la acera de los pares se alza el ya comentado convento de Santa Teresa. Inscripciones en los muros de su cerramiento informan sobre algunos acontecimientos relacionados con el convento y la ciudad. Entre ellos, llama la atención la placa que indica que el Ayuntamiento decidió en julio de 1968 nombrar a la fundadora «vecina de honor» de Valladolid, en conmemoración del IV Centenario de su entrada en la ciudad; y bajo una cruz, un texto grabado en piedra recuerda que hasta aquí llegaron las aguas del Pisuerga el 4 de febrero de 1636 causando 150 muertos.

Convento de Santa Teresa. Carlos Espeso

En un solar que hace esquina con la calle Mirabel, donde antes estaba el Instituto Santa Teresa de Jesús, se ha construido el nuevo edificio de la Escuela de Arte y Superior de Restauración y Conservación de Bienes Culturales, que hasta 2003 estaba en la calle Leopoldo Cano. El proyecto, bastante original, se debe al estudio González Arquitectos, creado a partir del que tenía Primitivo González. El estudio, entre otros edificios destacables, es el que diseñó los Juzgados de la calle Angustias.

Escuela de Arte y Superior de Restauración y Conservación de Bienes Culturales. Carlos Espeso

Por cierto, lo de Mirabel viene del palacio que, con ese nombre, tuvo Alfonso X el Sabio en las inmediaciones del barrio de la Overuela. Hacia el final la calle, está el antiguo Seminario Menor. Inaugurado en 1957 pasó a manos del Ministerio de Educación veinte años después debido a la baja ocupación, pues ya estaba funcionando el Seminario Mayor desde 1965. Ahora acoge el Instituto de Enseñanza Secundaria Juan de Juni.

Y enfrente del Instituto, las tapias de la Residencia Juvenil José Montero, que acoge a menores bajo la custodia de la Administración autonómica, y el Centro Regional de Formación y Estudios Sociales de la Junta de Castilla León, dedicado a la formación de los profesiones del área de Servicios Sociales.

Al final de la calle, cuando desemboca en el Paseo del Renacimiento, se produjo uno de esas tragedias que quedan marcadas en piedra en el recuerdo de la ciudad: el día 6 de octubre de 1996, a las 6:15 h. de la mañana se desató un incendio en el interior de la Discoteca 77, sita en el sótano del número 34.

Incendio en la Discoteca 77 el 6 de octubre de 1996. J.A

El resultado fue de dos mujeres muertas por el incendio y dos bomberos que acudieron al fuego fallecieron por inhalación del humo. Valladolid se conmocionó, y los trabajadores del Servicio de Extinción de Incendios lo vivieron con enorme consternación. Termina la calle Rondilla de Santa Teresa a orillas del Pisuerga, junto al puente Mayor: buen lugar para disfrutar de vistas sobre el río y el barrio de la Victoria.

La próxima semana, la plaza del Ochavo

En la siguiente entrega de Callejeando por Valladolid, Jesús Anta relatará la historia de la plaza del Ochavo, cuyo nombre surgió a raíz de la reconstrucción del entorno de la Plaza Mayor tras el pavoroso incendio de 1561.

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