Valladolid, piedra sobre piedra
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Edificado sobre la que fuera la residencia, a mediados del siglo XVIII, de Pedro de Alcántara de Teijeiro de Valcarce y Enríquez de Quiñones, marqués de Villasante, y su mujer, María Ana de Sierra Salzedo y Figueroa, el edificio actual, ubicado en el número 5 ... de la calle San Juan de Dios, comenzó a utilizarse como palacio arzobispal en 1858, siendo Luis de la Lastra el primer arzobispo en ocuparlo. El último marqués en residir en él fue el II marqués de Villasante, Miguel, el único hijo de la pareja, antes de trasladar su domicilio familiar a La Coruña, donde nació el III marqués de Villasante, Vicente Teijeiro y Tapia, también VI Conde del Val del Águila, De la Lastra, primer arzobispo que tuvo Valladolid, hizo colocar sobre la portada del palacio su escudo, junto al de Isabel II, emblemas que, junto con la fecha de 1858 grabada en la piedra, se conservan en la actualidad. Los dos medallones con retratos en su interior, situados en las enjutas de la portada, un hombre y una mujer mirándose, serían los primeros marqueses de Villasante.
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Sonia Quintana
La fachada está realizada en mampostería enfoscada y sillares regulares de piedra. El elemento más importante es la portada. Realizada en piedra labrada, presenta un arco de medio punto enmarcado por columnas adosadas sobre pilastras con capiteles de estilo jónico. «El entablamento, en la línea de las columnas, se remata con dos jarrones de frutos, similares a los que asoman en el cuerno de la abundancia, que atestiguan la riqueza y la fortuna de sus propietarios», señala Daniel Villalobos en la 'Guía de Arquitectura de Valladolid'. Sobre los escudos que mandó colocar De la Lastra en el siglo XIX hay un medallón con un retrato «rodeado de una decoración de amorcillos (niños alados) entrelazados con hojarasca».
Posee dos torres situadas por delante de la alineación de la fachada para dar amplitud a la entrada. Sus tres elementos básicos, zaguán, patio, y escalera, muestran la disposición clasicista del palacio. El zaguán está situado a un lado de la fachada, condicionando de este modo la simetría de ésta. Las puertas de entrada y de salida al patio desde el exterior están enfrentadas, situadas en el eje de dos arcadas y desplazadas con respecto al centro del patio. El patio, el espacio más representativo de este edificio, es de planta cuadrada. Está columnado y dispone galerías de cuatro vanos en cada uno de sus lados. Tiene dos alturas y destacan en él sus 32 capiteles con una decoración renacentista y un lenguaje iconográfico típico del Renacimiento español, en los cuales se representan animales, ángeles, niños, cabezas con gestos expresivos... Cuando se restauró el edificio se colocó en su caja de escalera un artesonado del siglo XVI procedente de Fuente el Sol. A la derecha de la fachada (según se mira), puede verse también la portada del antiguo Hospital de Nuestra Señora del Rosario, originalmente situada en la cercana plaza del Rosarillo.
La subida por la escalera claustral comienza en el centro de uno de los vanos de la galería Oeste y desembarca enfilando la galería superior situada en el lado Norte.
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