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Valladolid, piedra sobre piedra

El palacio de ladrillo que iluminaba Valladolid

El edificio de la Electra Popular Vallisoletana, diseñado en 1905 por Isidro Rodríguez Zarracina, fue durante años el símbolo de la modernidad en la ciudad

Sonia Quintana

Valladolid

Martes, 5 de abril 2022, 00:06

La noche del sábado 22 de octubre de 1887 –apenas nueve meses después de que hubiera comenzado la construcción de la Torre Eiffel en París y dos días antes de que naciera en el Castillo de Balmoral, en Escocia, la reina Victoria Eugenia– Valladolid estrenó ... en el Teatro Zorrilla y el Círculo de Recreo la iluminación con energía eléctrica, que sustituía a la iluminación a base de gas. Gestionada por la Sociedad Electricista Castellana, fundada el 7 de marzo de aquel mismo año, la luz eléctrica se fue extendiendo poco a poco por la ciudad; pero el servicio que daba la central térmica de Huerta del Rey, inaugurada cinco años después de que Edison pusiese en funcionamiento la primera central termoeléctrica de Nueva York, resultaba ineficiente y anticuado. Así el 12 de febrero de 1906, Calixto Rodríguez y Santiago Alba decidieron constituir la Electra Popular Vallisoletana para recibir y distribuir la energía desde la central hidroeléctrica El Porvenir (Zamora), que desde 1902 explotaba el salto de San Román. Se plantaron 2.300 postes –de pino negro, 15 centímetros de diámetro y 11,95 metros de altura– para conducir la energía generada en Zamora hasta la capital vallisoletana, para lo que se levantó, en el centro de la ciudad –en el entonces llamado Paseo de San Lorenzo (hoy Isabel la Católica), esquina con la calle Veinte de Febrero– un edificio industrial, proyectado como un edificio noble: un palacio realizado íntegramente en ladrillo.

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