El monasterio vallisoletano levantado en honor a una princesa húngara

La entrada del convento es una portada de piedra de arco de medio punto y da acceso a un pequeño patio. El claustro, de grandes proporciones y forma rectangular irregular, da acceso a la sala capitular, el refectorio y otras dependencias. Es de dos pisos con cuatro crujías. Ambos pisos tienen columnas toscanas de piedra: el bajo, con arcos adintelados sobre zapatas de madera; el piso superior, con arcos escarzanos. El piso bajo está cerrado con antepecho de celosía de yesería con adornos góticos. El espacio está dividido en dos arquerías. Además del claustro hay que destacar la capilla, las celdas y beaterios y la biblioteca, entre otras estancias.

La iglesia, cubierta con crucería gótica de terceletes, es de una sola nave. Tiene coro alto y bajo. El retablo mayor, realizado entre 1613 y 1614, por Francisco Velázquez, Cristóbal Velázquez, Melchor de Beya y Juan Imberto, fue modificado en 1621 por Gregorio Fernández, quien incluyó el relieve que muestra a Santa Isabel, princesa de Hungría, ofreciendo limosna a un pobre. El retablo fue restaurado entre 2005 y 2006. Nacida en 1207, Isabel era hija del rey Andrés II de Hungría y Gertrudis de Andechs-Merania. La princesa se quedó viuda joven y dedicó su riqueza a los pobres construyendo hospitales y atendiendo personalmente a los necesitados. Murió a los 24 años. Fue canonizada por el Papa Gregorio IX en 1235, considerada entonces «la mujer más grande de la Edad Media alemana».

En el lado del evangelio se halla un retablo dedicado a San Francisco, realizado en la década de los años setenta del siglo XVI por el escultor Juan de Juni. En los intercolumnios laterales hay pinturas de San Bernardino, en el lado del evangelio, y de San Pedro y San Pablo, en el de la epístola, obra del pintor Jerónimo Vázquez. Sobre ellas aparecen ángeles levantando un cortinaje por detrás de la figura de San Francisco, situada en el intercolumnio central. No es la única obra de Juan de Juni en este convento vallisoletano. Otro San Francisco se encuentra en un pequeño retablo de una capilla situada en el claustro bajo.