Edificios del convento de Santa Catalina de Siena, desde la calle San Quirce. Alberto Mingueza
Valladolid, piedra sobre piedra

El monasterio al que el mismo Dios dejó una limosna en Valladolid

El Archivo Histórico Provincial da cuenta del supuesto milagro ocurrido en noviembre de 1920 en el Convento de Santa Catalina de Siena

Sonia Quintana

Valladolid

Martes, 31 de octubre 2023, 00:10

Situado entre las calles Santo Domingo de Guzmán y San Quirce, su creación fue promovida -para acoger a las novicias de familias nobles- por María Manrique de Lara Figueroa, hija de Fadrique Manrique, hijo bastardo de Enrique II de Castilla, y de Beatriz de Figueroa, ... dama de la nobleza castellana. Duquesa de Sessa y de Terranova, entre otros títulos, María estuvo casada con Gonzalo Fernández de Córdoba, conocido como 'el gran capitán'. Fue una de las hijas de ambos, Elvira, la que llevó a cabo la fundación del convento y, en 1488, se convirtió en la primera priora del Convento de Santa Catalina de Siena de Valladolid.

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El convento se edificó sobre los terrenos de unas casas que habían sido propiedad de Luis de Velasco, obispo de León. El Papa Inocencio VIII otorgó una bula autorizando la construcción de la iglesia, claustro, refectorio, dormitorios, otras dependencias y huerta. La iglesia actual, que sustituyó a la primitiva, es del siglo XVII y fue realizada por el arquitecto Pedro de Mazuecos. Es de una sola nave con bóveda de cañón con lunetos, consta de tres tamos y capilla mayor. Tiene coro alto y coro bajo. Sus fundadores fueron Antonio Cabeza de Vaca y su esposa María de Castro.

RR

El Convento de Santa Catalina de Siena, hoy a la espera de convertirse en Parador Nacional, vivió en noviembre de 1920 uno de los milagros más recordados en la ciudad: el de la monja Sor Asunción Dueñas, a quien el mismo Dios dejó 11.000 pesetas de limosna en billetes de 1.000, 500, 100 y 50. Sucedió en el coro de la iglesia del monasterio vallisoletano, según dejó constancia notarial el fraile Maximino Llaneza Álvarez, documento que custodia el Archivo Histórico Provincial. «Debo advertir, de paso, que yo ya sé otros varios milagros obrados por Sor Asunción Dueñas, de los cuales me enteraron los que los presenciaron, personas doctas, de categoría y formales», apostilló el fraile. El legajo indica que el notario, Luis Ruiz de Huidobro, hizo dos copias de lo relatado; la primera, el 18 de enero de 1932, y la segunda el 5 de abril de 1935.

El claustro del monasterio, entre lo más destacable, es del siglo XVI. Tiene dos pisos, columnas octogonales con capiteles de estilo gótico y arcos y decoración de estilo plateresco. Los paneles de la planta baja son de balaustrada renacentista; y los del piso superior, góticos y platerescos, de tracería calada y todos diferentes. Destacan también las bóvedas renacentistas y el zócalo de azulejería de Talavera del refectorio.

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En julio de 2009, debido a una plaga de termitas y el mal estado de las instalaciones, las monjas que lo habitaban entonces tuvieron que mudarse al Monasterio del Corpus Christie y al de Porta Coeli. Diez años después, el Consistorio vallisoletano adquirió el complejo conventual para dedicarlo a zona cultural y de esparcimiento. Hoy el Ayuntamiento negocia con Paradores para que la cadena hotelera se instale en el antiguo convento.

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