«Se vende un coche Ford, último modelo Sedan, cinco velocidades; un N. S. U., turismo, 10 caballos; una moto con sidecar, marca Terror; y quince bicicletas Kazún. Razón Claudio Mena, calle Padilla número 19. Medina del Campo». Anuncios como éste, publicados en El Norte ... de Castilla a finales de 1920, anunciaban el cierre de un negocio y el principio de una nueva aventura empresarial de Claudio Mena Pedrosa (Medina del Campo, 1889) en Valladolid, Ciclos 'el Chapa', germen del conocido comercio vallisoletano Bicicletas Tamayo. «Mi abuelo tenía en Medina un negocio de alquiler de coches de lujo con chófer antes de trasladarse a Valladolid y abrir el taller y la tienda de bicicletas de José María Lacort. Empezó en un corral en el número 11 de la calle y allí estuvo hasta finales de los años noventa que nos mudamos a la acera de enfrente, al número 32», cuenta Blanca Tamayo Mena, nieta del matrimonio formado por Claudio Mena y la zamorana Rosario Hernández.
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Claudio y Rosario abrieron la tienda de ciclos en la capital poco antes de que estallase la Guerra Civil en España. A los pocos años el abuelo materno de Blanca abrió otro taller en la calle de la Vía y se encargó de «el alquiler de bicicletas para niños y niñas en el Campo Grande». «Mis abuelos estaban en la explanada del Pradera», recuerda Blanca. Su abuela materna, junto a sus tres hijos –Sara, Ángel y Juan– se puso al frente del comercio de José María Lacort, que años después heredaría la hija mayor del matrimonio. «Mi tío Juan murió joven y mi tío Ángel se marchó a trabajar a París», señala la que fuera la última cara conocida de un negocio que sobrevivió más de ochenta años en manos de tres generaciones de la misma familia.
«Mi madre se casó con mi padre, Victoriano Tamayo Tornero, que fue quien cambió el nombre del negocio por Bicicletas Tamayo, y le dio el gran empujón al negocio», advierte Blanca. Los tres hijos de la pareja –María del Rosario, Blanca y Luis Miguel– pasaron por el negocio con menor o mayor implicación, quedándose la segunda, Blanca, como mano derecha de su padre hasta que le dio definitivamente el relevo a finales del siglo XX. «Mi hermano Luis regentó el negocio desde muy joven con mi padre. Era un mecánico de primera y estuvo en el taller quince años. Luego terminó Maestría Industrial y se marchó a vivir a Santander», cuenta con orgullo su hermana Blanca.
«En 1929 mi abuelo preparó a sus dos hijos, entonces de cuatro y cinco años, para realizar en bicicleta el recorrido de Medina del Campo a Barcelona, pasando por Madrid, Córdoba y Sevilla, para visitar las Exposición Internacional de Barcelona y la Exposición Iberoamericana, que tuvo lugar ese mismo año en Sevilla. Le dieron en alto en Salamanca y como eran menores no les dejaron continuar. Pero fue toda una hazaña», rememora la hija mediana del matrimonio formado por Sara y Victoriano.
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Otros comercios históricos de Valladolid
Sonia Quintana
Sonia Quintana
Blanca bajó definitivamente la persiana del negocio familiar hace cinco años cuando le llegó la hora de jubilarse. Ahora el local, vacío de bicicletas, luce el cartel de 'Se alquila' desde entonces.
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