El cronista | Callejeando por Valladolid
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El cronista | Callejeando por Valladolid
De la marginalidad a la mirada hacia el futuro de una calle de barrioLa calle Valle de Arán discurre entre la ribera del Pisuerga y el barrio España, al que la calle pertenece. A ella, por su derecha, van asomando las calles con nombres de enclaves y comarcas españolas: Tierra del Pan, Babia, Brañas, Baztán, Roncal, Sobrarbe y Ampurdán.
El último puente sobre el Esgueva antes de que desemboque en el Pisuerga marca el inicio de Valle de Arán. La acera de viviendas ofrece un desigual trazado, pues se suceden tapias, solares, casas en deprimente estado y otras nuevas o muy remozadas: un poco la imagen de un barrio que poco a poco va saliendo de un casi laberíntico trazado, propio de la manera en se fue haciendo a partir de las primeras décadas del siglo XX: autoconstrucción, chabolismo, ocupación de antiguas cuadras, casas que han formado callejones sin salida, etc. Otra parte del barrio, como es el grupo se creó en la década de 1950 con la construcción perfectamente ordenada de 100 casas edificadas por la Empresa Nacional del Aluminio (ENDASA).
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En los años 90 el ayuntamiento, auspiciado por la Unión Europea, desarrolló en el barrio un ambicioso plan URBAN de rehabilitación del barrio. El resultado fue muy desigual y al decir de los representantes vecinales, quedó lejos de cumplir objetivos en materia de inserción de grupos con riesgo de exclusión. No obstante, se urbanizaron todas sus calles y se mejoraron las redes de servicios, y el barrio va mejorando su caserío poco a poco –es verdad-, y acogiendo interesantes actividades que están contribuyendo a cambiar la tendencia que sufría el barrio desde hace décadas, como pueden ser Entrevecinos (una red de solidaridad vecinal) y Entrelíneas (incentivación a la lectura, actividades culturales, etc. son sus objetivos).
Dicho está que las viviendas, tapias y solares de Valle de Arán están en la acera derecha, y en la acera que discurre paralela al Pisuerga se han asentado diversos servicios y dotaciones de interés municipal que contribuyen, sin duda, a dignificar este barrio, que aún arrastra cierta imagen de marginalidad.
Lo primero que se ve cuando comienza la calle es un Punto Limpio de recogida de residuos destinados al reciclado o a un tratamiento adecuado en centro especializado para que no contaminen. Y a continuación uno de los huertos ecológicos que promueve el Ayuntamiento de Valladolid. Los huertos urbanos son una nueva exigencia de una sociedad y de una ciudadanía preocupada por el medio ambiente que, además, contribuyen a recuperar, aunque sea simbólicamente, la presencia en el tejido urbano de las huertas que antaño estaban a la puerta de la ciudad. Ahora estos huertos se han puesto en marcha bien por iniciativa vecinal bien por impulso del ayuntamiento.
Una enorme caja metálica, en realidad una nave que sirvió para que se instalaran en ella los comerciantes del mercado del Val mientras duraron las obras de rehabilitación del mismo (entre los años 2013 y 2016), ocupa una extensa parcela. Hace un par de años el equipo de Gobierno Municipal anunció que la instalación serviría para crear una HUB de Innovación, que traducido significa establecer un intercambiador de iniciativas innovadoras. De momento da la impresión de estar en punto muerto.
La Cámara de Contratistas de Castilla y León tiene en Valle de Arán sus oficinas. Esta entidad agrupa más de cien empresas y está presente en la mayoría de las obras públicas de la Comunidad. Así mismo, junto a sus instalaciones está el Centro de Formación de Aprendices (CFA) Francisco de Praves, que comenzó sus actividades en 1997 bajo el impulso de la Cámara. Este CFA forma parte de una red europea de centros de formación de aprendices de la construcción en la que están países como Alemania, Finlandia, Francia y otros.
Francisco de Praves, hijo de Diego de Praves (que es quien en realidad llevó a cabo la magnífica obra de las Arcas Reales), fue un arquitecto vallisoletano que desarrolló toda su actividad a principios del siglo XVII a caballo entre el clasicismo y el barroco. Por ejemplo, suya es la fachada del Colegio de San Ambrosio que está en los jardines de la Residencia de Santa Cruz.
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Continua esta acera de la calle con el Centro Regional de Artesanía de Castilla y León (CEARCAL), creado en el año 2002 mediante un convenio entre el Ayuntamiento de Valladolid, la Junta de Castilla y León, y la Federación de Organizaciones Artesanales de nuestra Comunidad. Su finalidad es impulsar la actividad artesanal, la formación de profesionales, y modernizar el sector.
Justo enfrente de este centro se abre la calle Baztán, y a Valle de Arán asoman algunas de las casas que el artista Cristóbal Gabarrón decoró en el año 2000 con formas y colores rupturistas para dignificar unas cuantas viviendas modestas de este barrio. El proyecto se llevó a cabo bajo el paraguas del plan URBAN más arriba comentado.
Y siguiendo por la acera izquierda llegamos al Vivero de Empresas que en 2005 promovió la Cámara de Comercio e Industria.
El complejo deportivo Soto de Medinilla, que incluye un frontón cubierto y campos de fútbol, completan las dotaciones que dan personalidad a la calle, que antes de llegar a la Ronda Norte muda su nombre por el de Costa Verde, que da acceso a varios grupos de viviendas de moderna construcción.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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