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Valladolid desaparecido

El corral de comedias de la vieja calle de la Longaniza

Inaugurado en 1575, fue uno de los primeros espacios de representación de la comedia en Valladolid

Sonia Quintana

Valladolid

Miércoles, 25 de enero 2023, 07:17

Denominado Corral de la Longaniza, este corral de comedias estuvo situado en la actual calle Enrique IV. Su nombre acabó rebautizando a la entonces 'callejuela que va de San Salvador a Theresa Gil', que mantuvo la designación de calle de la Longaniza hasta finales del ... siglo XIX, cuando cambió la placa por la de Enrique IV, por su proximidad a la Casa de las Aldabas, donde nació el 5 de enero de 1425 el infante Enrique, hijo de Juan II de Castilla y María de Aragón, y hermano (por parte de padre) de Isabel la Católica, quien se proclamó reina al morir su hermanastro. Enrique IV reinó desde 1454 hasta 1474.

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El Corral de la Longaniza fue uno de los primeros espacios de representación de la comedia en Valladolid. Data del año 1575 y su impulsor fue el afamado director teatral y autor de comedias Mateo de Salcedo, responsable también de las trazas del corral de comedias del Hospital de San José, germen del Gran Teatro de Valladolid. El 23 de marzo de aquel 1575 Salcedo decidió arrendar, durante siete años, «todas las casas questán en el corral de la longaniza e fuera de él... que son diez y seis casas buenas y malas, nuebe casas dentro del dicho corral, y las siete casas fuera del dicho corral, con el sitio y servidumbre de dentro del dicho corral y delantera dél e todo a ella anejo e pertenesciente» con la idea de convertir aquel lugar en un corral de comedias. La propiedad pertenecía a Ana de Valladolid, viuda de Alonso de Vega, y el precio del alquiler se cerró en 28.000 maravedís anuales.

Salcedo comenzó pronto las obras y en mes de abril el corral de comedias quedó abierto al público. Hizo una parte cubierta con teja y madera, abrió muchas ventanas y celosías, construyó unos soportales y un corredor, dispuso convenientemente las puertas de entrada y llevó los necesarios bancos y asientos. Además de sus obras, Salcedo representó en él a Juan Granado, otro de los autores renombrados de la época. Pero poco le duró la alegría. El 25 de junio de aquel mismo año recibió la noticia del corregidor de la ciudad, el doctor Pareja, en la que se informaba de que «todas las farsas, comedias, que en esta villa se hubieren de hacer e rrepresentar se hagan dentro del dicho ospital de san xusepe (Hospital de San José) y no en otra parte alguna, e ningún autor de las dichas comedias ni otra persona no las puede rrepresentar fuera del dicho ospital al público, sopena de quatro años de destierro desta villa e su jurisdicción e de diez mill marabedís».

Salcedo no se quedó de brazos cruzados e inmediatamente apeló ante el alcalde de la Corte y Chancillería. En septiembre de aquel mismo año el doctor Pareja hizo pública su sentencia definitiva en la que obligaba a Salcedo a pagar doce reales a la Cofradía del Hospital de San José por cada día que hubiera representación en su corral y que «passado el tienpo del dicho arrendamiento no pueda representar sino fuere en el dicho ospital». Salcedo tiró entonces la toalla. Representó seis veces y se fue de Valladolid; primero a Madrid y luego a Sevilla, poniendo fin a la efímera existencia del Corral de la Longaniza en la ciudad.

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