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Mandado construir por Francisco Resines Troconiz, comerciante y «acaudalado propietario» –tal y como hacía referencia a él El Norte de Castilla a principios del año 1900–, el edificio que hoy ocupa los números 8 y 9 de la Acera de Recoletos fue edificado hace hoy ... 130 años. Levantada como «casa doble» fue diseñado por el arquitecto Julio Saracíbar (Vitoria, 1841), autor también de la cercana Casa Mantilla, los dos edificios burgueses del siglo XIX más destacados de la capital. El propietario del Gran Bazar de F. Resines, en el número 15 de la Acera de San Francisco desde los años ochenta del XIX, encargó el proyecto a Julio Saracíbar –hijo de Martín Saracíbar, arquitecto municipal de Valladolid en 1863–, siendo Fernando Villalobos el maestro de obra.
El edificio comenzó a construirse en 1891. Un año después, el Ayuntamiento le denegó una licencia de obra para dotar de acera a esta casa de su propiedad y en 1895 le concedió otra para colocar un andamio. Este conjunto de viviendas residenciales está considerado uno de los ejemplos más singulares de la arquitectura del ensanche vallisoletano. El edificio se organiza en dos portales independientes y de distribución funcional simétrica. Destinado a grandes viviendas burguesas, destaca hacia el exterior la fachada unitaria de aspecto grandilocuente e inspiración renacentista con influencias americanas (escuela de Chicago) y francesas, en la que sobresale la sucesión de arcadas en dos órdenes, la presencia de miradores enmarcando la fachada y un rico repertorio ornamental con elementos vegetales, motivos clásicos, cariátides y atlantes.
Dividida en dos partes
Francisco Resines Troconiz, miembro de la Cámara de Comercio en 1887, falleció en 1902, «víctima de una rápida enfermedad», informaba este periódico el día de su defunción. Casado con María de Urquiza y Urquijo, el rico comerciante tuvo solamente una hija Matilde Resines Guerra, casada con José María Corpas, quien heredó este edificio de cuatro alturas y de estructura de hierro. La división de la edificación en dos propiedades ha dado lugar a un estado de conservación desigual entre las mismas. En 2015 se restauró la parte de la fachada que corresponde al número 8 de la Acera de Recoletos. Ya había sufrido una intervención anterior en 1975.
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Sonia Quintana
Sonia Quintana
«La composición final resulta tener un singular ritmo, tanto en su lectura horizontal como vertical, ritmo que dota al edificio de una significativa presencia en un entorno arquitectónico que se muestra como uno de los más ricos de la ciudad», apunta el arquitecto Darío Álvarez en la 'Guía de Arquitectura de Valladolid'.
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