Secciones
Servicios
Destacamos
Inaugurado el 1 de septiembre de 1944 en el número 7 de la calle María de Molina (hoy Doctrinos, 6), el Hostal Florido, construido de nueva planta, fue el sueño hecho realidad del vallisoletano Numeriano Riñón Martínez (Villanueva de los Caballeros, 1911). Forjado en las ... cocinas de los hoteles Castilla e Inglaterra, en 1929, Numeriano se marchó a Barcelona a trabajar en un restaurante de la Exposición Internacional. De ahí se fue a Francia: Biarritz (donde comenzó como lavaplatos en un hotel), Burdeos y París. Cuando tuvo ahorrado lo suficiente regresó a Valladolid y abrió un bar en la plaza del Caño Argales: Bar Valladolid. Años después trasladó su negocio, reconvertido en restaurante, a la calle Doctrinos. Al poco tiempo decidió levantar allí un edificio para su nuevo establecimiento hostelero: el Hostal Florido. Su nombre, según recogía El Norte de Castilla en aquel momento, «rememorará, sin duda, aquella época de pecheros y damas de espadas y romances, la que tan acertadamente dejara cincelada en sus magníficos poemas nuestro excelsa vate don José Zorrilla».
Situado frente al Hotel Conde Ansúrez (hoy también desaparecido), el Hostal Florido tenía cuatro pisos y 110 habitaciones (50 con cuarto de baño). Dada la cercanía física, la gente le conocía popularmente como 'el vizconde'. Su gran salón, en el sótano del edificio, con pista de baile, un pequeño bar, una orquesta, mesas y sillas, era conocido como La Parrilla; lugar frecuentado por los universitarios para celebrar sus bailes de Fin de Carrera o de Paso del Ecuador, así como de los patronos de las facultades. También se celebraban bailes para recaudar fondos para ayudar a instituciones. Las cenas de Fin de Año del Florido rompieron el monopolio de la celebración que tenían los bailes del Hotel Conde Ansúrez y el Círculo de Recreo.
Otros edificios desaparecidos
Sonia Quintana
El éxito del Hostal Florido fue tal que las instalaciones pronto se quedaron pequeñas. Numeriano tuvo una nueva idea: montar a la entrada una terraza acristalada para los días lluviosos, o muy cálidos, donde los clientes pudieran reunirse protegidos por la cubierta y los toldos. Así como el Círculo de Recreo fue apodado como 'La Pecera', ya que tras sus cristales se movían los 'peces gordos' de la ciudad, el Hostal Florido fue el refugio de muchas parejas y aquella instalación acristalada pronto pasó a conocerse como 'La Pajarera', porque la mayor parte de las mesas estaban ocupadas por 'tórtolos' o parejas de enamorados. La proximidad del Cinema Roxy y del Teatro Lope de Vega hacía que durante los días de Ferias, 'La Pajarera' se viera saturada de personas que hacían tiempo para asistir a los estrenos cinematográficos y teatrales.
Juanita Reina, Luis Miguel Dominguín y El Viti fueron algunos de los personajes que forman parte de la historia del Florido, que cerró sus puertas el 30 de abril de 1973. Los vallisoletanos que pasaron por 'La Pajarera' en sus años de juventud recuerdan a Paco, el camarero, que también cuidaba las plantas que la adornaban, lo que le valió el apodo de Sabadell, en relación con el jardinero municipal de dicho apellido; a Sofía Higelmo Gil, la mujer de Numeriano; a Hipólito, el recepcionista; a Eleuterio, el 'maitre'; o a Charito, la cajera: otros de los personajes del imaginario colectivo de los vallisoletanos de aquellas décadas gloriosas del establecimiento, cuyas instalaciones, modernizadas, son hoy ocupadas por una entidad bancaria.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.