Crónicas de la noche de San Juan en Valladolid

Hasta entonces, los ayuntamientos del franquismo no parecían poner mucho interés en la que se consideraba una fiesta profana. No obstante, en algunos barrios, por iniciativa del vecindario, se organizaban hogueras la noche del 23 al 24 de junio alimentadas con los viejos enseres de madera que aportaban los propios residentes.

En numerosos pueblos de la provincia, la fiesta sanjuanera no se había perdido, pues, además, San Juan es el patrón de unos cuantos municipios, y se celebraba con pregones, verbenas y, por supuesto, hogueras.

Lo cierto es que la fiesta de San Juan fue desde siempre una de las grandes referencias en las costumbres populares. Incluso para los pagos de rentas y préstamos, desde la Edad Media se utilizaban como fechas de vencimiento las festividades de la Virgen de agosto, San Miguel en septiembre y San Juan en junio.

Tan fastuosas eran antaño las celebraciones de la noche de San Juan en Valladolid que el cronista portugués Pinheiro da Veiga da cuenta de sus días de estancia en la Corte vallisoletana, en el año 1605, de la numerosa asistencia a la fiesta de San Juan, que por entonces se celebraba en el Prado de la Magdalena: «Está el Prado lleno de multitudes y grupos de hombres y mujeres, cantando, tañendo y bailando; y así pasan toda la noche, ocupando toda aquella alameda con fiestas».

Era tal la trascendencia que tenía San Juan, que a lo largo del siglo XIX se publicaban bandos de Alcaldía con disposiciones de orden público para el buen desarrollo de la fiesta. En 1880, además, el Ayuntamiento organizó un concurso agrícola en el antiguo convento de los Mostenses (donde ahora está el colegio García Quintana en la plaza de España).

Las fiestas de San Juan tuvieron, incluso, su propia feria, tal y como recoge el artículo 24 de una ordenanza municipal de 1924: «Durante los días de la Feria de San Juan, 24 y 25 de junio, los trillos, palas, vigas, tablas y demás enseres que son objeto de la misma se situarán en la explanada del exconvento de San Agustín y paseo titulado de Las Moreras».

Año 1979. El nuevo Ayuntamiento apenas dispuso de tiempo para organizar la verbena de San Juan -recordemos que las elecciones municipales fueron el 3 de abril y hasta el 20 de ese mismo mes no se constituyó la Corporación-, pero el jovencísimo concejal de Juventud, Carlos Daniel Casares, se volcó en hacer de la noche de San Juan la gran celebración festiva de la recobrada democracia municipal.

Aquella primera edición, y la siguiente, se celebró en la explanada aledaña al viejo estadio de fútbol del Paseo de Zorrilla.

La recién creada Comisión de Juventud convocó a las organizaciones juveniles y culturales de la ciudad para que cada una de las entidades contribuyera con sus ideas y recursos a una buena celebración. La fiesta de la noche del 23 se abrió con la actuación de dulzaineros y prosiguió con un festival de folk castellano a cargo de los grupos 'Arcaduz' y 'Trigo Verde'. A las doce de la noche se prendió la hoguera con muebles y enseres viejos depositados por el vecindario y se celebró un concurso y quema de monigotes realizados libremente por los jóvenes.

A la una de la madrugada del 24 se inició una verbena popular seguida de un concierto de rock con la actuación de los grupos 'Mercurio' y 'Charol'. Estaba previsto que la fiesta concluyera a las cinco de la mañana con una chocolatada, pero las asociaciones juveniles encargadas del ello fallaron, al parecer, a última hora.

Una de las notas más curiosas de la noche fue que un grupo homosexual trató de dar lectura a un comunicado para llamar a la asistencia a una 'jornada de orgullo gay', que se iba a celebrar el domingo siguiente. Pero los organizadores de la fiesta les hicieron ver que se trataba de una verbena popular y el grupo desistió de su pretensión y se incorporó a la fiesta.

El buen tiempo favoreció la asistencia masiva de público -se estimó en unas veinte mil personas las que pasaron a lo largo de la noche- y toda la celebración se realizó con la pretensión de hacer de ella «una auténtica fiesta capaz de convertirse en tradición», según relató El Norte de Castilla el día después.

A todo esto, el barrio de San Juan, que nunca perdió su tradición festiva, organizó, como siempre, su propia hoguera y actuaciones en la plaza del Caño Argales, entonces llamada José Mosquera.

La fiesta se repitió en los aledaños del estadio al año siguiente y en 1981 ya se celebró en la playa de Las Moreras.

Y así continuó hasta que el Gobierno Municipal del Partido Popular decidió trasladar la celebración de San Juan al Real de la Feria, junto al nuevo estadio José Zorrilla, en 1999. El cambio de ubicación, que pretendía hacerla más formal, pero sobre todo erradicar lo que el alcalde consideraba comportamientos contestatarios, creó serios problemas de orden público al año siguiente, pues numerosas organizaciones juveniles, culturales y vecinales siguieron convocando la celebración en la playa de Las Moreras. Aquello provocó tales altercados que la actuación de la Policía y la resistencia de los partidarios de la cita en Las Moreras hicieron que Valladolid apareciera en los principales medios informativos de toda España. A todo esto, ese año 2000 había el triple de personas en Las Moreras que en el Real de la Feria.

Con mayor o menor tolerancia por parte del gobierno del alcalde Francisco Javier León de la Riva, durante siete años San Juan tuvo dos escenarios: el oficial en el Estadio y el alternativo en Las Moreras. Las crónicas periodísticas indican que en 2006 hubo casi diez veces más asistentes a Las Moreras que junto al Estadio.

El pulso se mantuvo hasta que en 2007 el Ayuntamiento acordó volver a celebrar San Juan en Las Moreras. Y allí continúa a día de hoy.