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Valladolid desaparecido

El convento vallisoletano para mujeres «mundanas y aventureras»

Bernardino de Minaya fundó en 1530 la Casa de Arrepentidas de Santa María Magdalena, origen del Monasterio de San Felipe de la Penitencia y Aprobación

Sonia Quintana

Valladolid

Miércoles, 13 de diciembre 2023, 00:05

Bernardino de Minaya, religioso de la orden de Santo Domingo de Guzmán, vio la necesidad de recoger en la ciudad a las prostitutas que querían cambiar de vida y no tenían dónde ir. Corría el siglo XVI y el fraile dominico tuvo la idea de ... crear una casa de acogida para estas mujeres «mundanas y aventureras» con el fin de asistirlas y que pudieran expiar sus pecados. El licenciado Medrano cedió para tal fin una casa de su propiedad en la calle Francos, hoy Juan Mambrilla, y así en 1530 se fundó en Valladolid la Casa de Arrepentidas de Santa María Magdalena, asistida por la comunidad del Convento de San Pablo, bajo las reglas de la orden de Santo Domingo de Guzmán. A mediados de 1540, constituida ya en régimen de convento, vivían en ella 17 mujeres.

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Pronto la casa se quedó pequeña. El Ayuntamiento cedió entonces un solar en el Campillo de San Andrés, próximo a la puerta de Teresa Gil (actual Plaza de España), esquina con la hoy calle Panaderos. Teresa de Zúñiga, duquesa de Béjar, donó también unos terrenos contiguos y en seguida comenzaron las obras, consagrando el convento a San Felipe, en agradecimiento a las gestiones hechas por Felipe II para que el monasterio fuera una realidad. En 1544 el edificio ya estaba terminado y hasta allí se trasladaron las mujeres de la Casa de Arrepentidas de la calle Francos.

Magdalena de Ulloa, mujer de Luis Quijada, fue su bienhechora principal; su primera priora, María de Acuña, enviada desde el Monasterio Sancti Spiritus de Toro; y el Ayuntamiento de Valladolid, su patrono. El requisito para entrar era que las mujeres «erradas e incontinentes» demostraran «arrepentimiento» y que «fuesen a la dicha casa y monasterio con deseo de servir a nuestro Señor y hacer enmienda y penitencia de sus pecados». En 1605 la religiosa Magdalena de San Jerónimo fundó en el Campillo de San Nicolás una nueva Casa de Arrepentidas, también bajo la advocación de Santa Magdalena, para que las mujeres que quisieran entrar en San Felipe hicieran allí el noviciado. Desde entonces el convento se llamó de San Felipe de la Penitencia y Aprobación.

Fue adquirido y ocupado en 1944 por la orden masculina de los Capuchinos. Fue derribado en 1961 para construir pisos y la actual iglesia de La Paz de los Capuchinos.

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