Reproducción de una acuarela del pintor Valentín Carderera y Solano (1796-1880). Archivo Municipal de Valladolid

Valladolid desaparecido

La casa que el consuegro del duque de Lerma vendió a Felipe III

La Casa del Conde de Miranda, en la Plaza de San Pablo, fue demolida en 1605

Sonia Quintana

Valladolid

Miércoles, 17 de julio 2024, 06:46

Juan de Zúñiga Avellaneda y Bazán fue, entre 1561 y 1568, gentilhombre de cámara del infante Carlos, primogénito de Felipe II. Desde 1579 y durante tres años fue miembro del Consejo de Estado de Felipe II y también perteneció al Consejo de Estado de Felipe ... III. Consuegro del Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, duque de Lerma, aconsejado por éste, el rey le nombró en 1599 presidente del Consejo de Castilla. Hijo de Francisco de Zúñiga y Avellaneda, conde de Miranda del Castañar, grande de España; y de María de Bazán y Ulloa, vizcondesa de los Palacios de la Valduerna, fue su hermano mayor, Francisco, el primogénito de la pareja, quien heredó el mayorazgo y quien, aconsejado por su hermano, vendió a Felipe III el inmueble familiar junto al Palacio Real que el monarca mandaría demoler para sobre su solar levantar la llamada sala de saraos reales, para cuya obra ordenó la provisión de 20.000 ducados.

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Fallecido en Valladolid el 5 de octubre de 1536, Francisco de Zúñiga y Avellaneda, miembro del Consejo de Estado de Carlos I, mayordomo mayor de la emperatriz Isabel y caballero de la Orden del Toisón de Oro, fue el propietario de la llamada Casa del Conde de Miranda, ubicada en la gran plaza del Valladolid histórico y monumental: San Pablo. Hoy, sobre su solar, se levanta el inmueble, en desuso, del antiguo Colegio de El Salvador. Tras su demolición en 1605, se construyó la sala de saraos reales. Cuando la Corte regresó a Madrid, el edificio, de dos plantas, tuvo otros usos, hasta que en 1869 el psiquiatra Lázaro Rodríguez González inauguró allí el Manicomio de San Rafael, destinado a enfermos pertenecientes a las clases acomodadas; en los números 2 y 3 de la plaza, esquina con San Quirce. Su fama trascendía los límites vallisoletanos y, cuando en marzo de 1877 se estrenó en el Teatro Calderón la obra de José Echegaray 'O locura o santidad', el autor, que asistió al estreno, aprovechó para visitar el hospital para, según Narciso Alonso Cortés, «ponerse a tono con su drama».

En 1917 el edificio se puso a la venta, indicando a los posibles interesados que era «ideal para un colegio o establecimiento semejante». Así, un año después, el Colegio de El Salvador lo compró. En los años sesenta lo derribó y construyó un nuevo edificio, el actual, que cerró su actividad en 2003. Durante la época en que el inmueble fue parte de las dependencias reales se construyeron pasadizos subterráneos, que unían la sala de saraos con el Palacio Real y el Palacio de los Condes de Fuensaldaña, donde vivía el Duque de Lerma.

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