Situado en la actual calle Real de Burgos, esquina con Madre de Dios, en los terrenos que hoy ocupa el Colegio Macías Picavea, el Tribunal de la Inquisición en Valladolid se estableció en 1559 en unas casas propiedad del mercader Pedro González de León y ... su mujer María Coronel, quienes arrendaron la propiedad. De orígenes judíos, este vecino de Valladolid, señor de las villas de Padilla y el Villar, fue también suegro de Álvaro de Luna, al casarse una de sus tres hijas, Mencía, con este noble castellano, que llegó a ser condestable de Castilla, maestre de la Orden de Santiago y valido del rey Juan II de Castilla.
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Sonia Quintana
En 1572 el inmueble de los González Coronel pasó a ser propiedad del Santo Oficio. Aquel año se realizaron las primeras modificaciones del edificio, nuevamente reformado en 1596 por el arquitecto vallisoletano Pedro de Mazuecos, alarife de Valladolid, quien junto a Juan de la Vega y Juan de Escalante intervino, en 1568, en la reconstrucción de la ciudad, tras el incendio que la destruyó completamente. La entrada principal estaba en la calle Peña de Francia. En esta casa subsistió la Inquisición por espacio de 250 años.
Además de los tribunales, las cuadras y otras dependencias, aquí estuvieron las cárceles secretas de La Inquisición, donde estuvieron presos el arzobispo de Toledo, Bartolomé Carranza de Miranda, acusado de herejía; y Fray Luis de León, quien estuvo cuatro años en prisión, entre 1572 y 1576, cargando con unas setenta y tres acusaciones relacionadas con la Vulgata. En 1577 retomaría su labor en la cátedra de Teología de Salamanca pronunciando su célebre «Decíamos ayer…». «Aquí la envidia y mentira me tuvieron encerrado. Dichoso el humilde estado del sabio que se retira de aqueste mundo malvado, y con pobre mesa y casa en el campo deleitoso, con sólo Dios se compasa y a solas su vida pasa, ni envidiado ni envidioso», dejó escrito en su 'Oda XXIII. A la salida de la cárcel'.
Antes de ocupar las casas de este «distinguido» matrimonio, desde 1488 hasta 1559 el Tribunal de la Inquisición estuvo, primero, en la calle Francos (hoy Juan Mambrilla), donde se estableció en el número 22; luego, en la calle Pedro Barruecos (Fray Luis de León), con salida posterior a la hoy llamada calle de la Galera. Matías Sangrador reconoció en sus sótanos diversas inscripciones hechas por los presos entre 1534 y 1551. De esta casa, conocida como 'la Inquisición Vieja', salieron los penitenciados en los autos de fe de 1559. Con posterioridad el edificio de la calle Real de Burgos sirvió de cuartel para los alemanes y franceses. El 7 de diciembre de 1809 quedó totalmente destruido por un incendio del que no se supo su origen. El fuego duró cuatro días y sólo resistió la fachada. La última etapa de este Tribunal discurrió por pocos años en el número 14 de la calle Herradores (hoy Alonso Pesquera).
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El solar, sacado a subasta por la Administración de Bienes Nacionales en 1843, fue adquirido por Francisco de Paula Benito. Posteriormente se edificó el llamado Grupo Escolar Infante don Jaime, hoy Colegio Macías Picavea.
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