El almacén que abasteció Valladolid de alpargatas

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Tras la muerte del fundador, el negocio quedó en manos de sus sobrinos, por lo que el comercio pasó a denominarse Sobrinos de Juan M. Calvo S. L. Los Calvo Rivas fueron seis hermanos: Justiniano, Antonia, Juan Manuel, Cecilia, Federica y Manuel. Justiniano y Antonia fallecieron sin descendencia; Justiniano, en 1927 y Antonia, en 1930. Federica murió soltera y sin hijos y Manuel regentaba su propio negocio en la ciudad, también dedicado a la venta de calzado, en el Campillo de San Andrés. Fueron los hijos de Cecilia los que continuaron con el negocio de su tío. Casada con Eloy García Andrés, el matrimonio tenía seis hijos: Laurentino, María, Emiliano, Juan, Josefina y Antonio. Los cuatro varones comenzaron a trabajar juntos en el comercio de su tío Juan, pero Emiliano y Juan se establecieron por su cuenta, quedándose Laurentino y Antonio al frente de Sobrinos de Juan M. Calvo S. L.

Hasta 1977 la tienda de Sobrinos de Juan M. Calvo S. L. estuvo ubicada en su primitivo local. «La fachada principal daba a Duque de la Victoria pero tenía también escaparate en Montero Calvo. El local estaba dividido en tienda, trastienda y almacén. En el almacén era donde recibían a los comerciantes que regentaban las tiendas de ultramarinos en los pueblos de la provincia porque Sobrinos de Juan M. Calvo S. L. también se dedicaba a la venta al por mayor. Eran almacenistas y sus principales clientes eran esos comercios de los pueblos en los que podías comprar desde el pan hasta unas alpargatas», explica Juan García Tejedor. «Trabajaban todos los días de la semana. Yo recuerdo de pequeño a mi abuelo con el guardapolvo puesto barriendo la tienda los domingos. Vivía por y para el negocio».

A la muerte de Laurentino, en 1962, cogió el relevo su hijo pequeño Enrique, quien se mantuvo en el negocio familiar hasta 1977, año en que el comercio, que estaba de alquiler en Duque de la Victoria, tuvo que buscar otra ubicación «porque iba a derribarse el edificio; cosa que finalmente no ocurrió», apostilla Juan. Ya únicamente en manos de Antonio (Valladolid, 1910), el negocio se trasladó al número 3 de la calle Fidel Recio. Casado con Bonifacia Matilla, el matrimonio tuvo dos hijos: Juan Antonio (Valladolid, 1940) y María del Carmen (Valladolid, 1944). «Mi padre y mi tía Carmen ya trabajaban entonces en el negocio familiar. Aquel año se abandonó la venta al detalle y se quedaron únicamente como almacén. Cogieron también varias representaciones para todo Castilla y León. Fue una época en la que se abrieron muchas zapaterías«, recuerda Juan, quien en 1990 comenzó ya a ayudar en el negocio familiar.

Tras la jubilación de su tía y su padre, Juan García Tejedor decidió continuar con el oficio de su tío Juan y abrió una tienda en el número 2 de la calle Cánovas del Castillo: Lalpargata, donde continúa en el actualidad. «¿Una quinta generación? Ni la hay ni la quiero. Es un trabajo muy esclavo y muy incomprendido», apostilla este comerciante vallisoletano.