El linaje vallisoletano del Joyero Mayor de Castilla

Corría el año 1912 cuando, sin haber cumplido los 13 años, Luis Tremiño Valenciano (Valladolid, 1899) inició su vida profesional en Casa Vaquero -en la calle Ferrari, 20-22- como 'chico de los recados'. «Cuando me presenté, peinado con raya al medio y con un lazo en el cuello, tan pequeño, parecía Jaimito. Me miraron de arriba abajo y me dijeron que el puesto ya estaba dado. Luego, la dueña era amiga de mi madre y me admitieron. El aprendiz tenía que ayudarme a levantar y bajar las trampillas del escaparate», recordaba el patriarca de esta saga de comerciantes vallisoletanos en una entrevista en 1988 en El Norte de Castilla, con motivo de su nombramiento como Joyero Mayor de Castilla. De 'chico de los recados' pasó a aprendiz de relojero y, en 1921, con 21 años, abrió su propio taller en el número 20 de la calle Teresa Gil, con un crédito de su maestro relojero, José Alonso Otero. «Era una droguería y la dueña, además de no cobrarme el traspaso, me regaló el mostrador». Aquel primer establecimiento se llamó Relojería Suiza.

Un tiempo más tarde se marchó a Madrid a especializarse en el oficio y, a su vuelta, se casó con María Cristina Alonso Calleja y se instaló en Medina del Campo. Era el año 1925. El primer taller lo abrió en la calle Padilla de la localidad vallisoletana. «En 1938 se pasó a la Plaza Mayor», recuerda su hija Paula Tremiño Alonso, hoy al frente del negocio familiar junto a sus sobrinos, Cristina y José Manuel Muela Tremiño, hijos de su hermana Carmen. Era un local al lado del Gran Café Continental, hoy el 'Conti' para los medinenses. «En Medina arregló y mantuvo en hora durante años el reloj del siglo XVI de la torre de la iglesia de la Colegiata», recuerdan orgullosos sus nietos, tercera generación de esta saga de joyeros vallisoletanos. En aquella época creó también una red de vendedores de relojes de la marca Tremiño. «Tuvo también otra marca propia: Karin», añade su hija Paula.

En 1933 abrió su primer comercio en la capital: en el número 2 de Cánovas del Castillo. «Ya entonces las dos tiendas eran relojería y óptica», señala Paula Tremiño Alonso. Tras cerrar la tienda de Medina del Campo, en 1951 abrió su segundo establecimiento en Valladolid, en el número 8 de la calle Santiago, en la confluencia con Héroes de Alcántara, en un edificio comercial de propiedad municipal, anejo a la iglesia de Santiago, en el que permanece en la actualidad. Tres años más tarde, en 1954, Luis Tremiño Valenciano abrió su tercer comercio; esta vez en la Plaza Mayor, en el número 11, donde sigue abierta la otra joyería Tremiño de la capital. En 1957 abrió una óptica en el número 16 de la calle Santiago. Desde 1962 la familia Tremiño tiene además otra óptica en el número 31 de la misma calle; y una tercera joyería en el 12 de la Plaza Mayor. El comercio de Cánovas cerró en 2003 cuando comenzaron las obras de rehabilitación del edificio en el que estaban de alquiler.

En los años cincuenta Luis Tremiño Valenciano se fue a Alemania y allí realizó los contactos necesarios para dedicarse a la importación de armis para relojes y cristales Zeiss para óptica. «El objetivo de aquel viaje a Alemania era incorporar a su negocio una máquina de última generación para la óptica y cristales especializados», recuerda su hija Paula. Los años sesenta del siglo XX fueron una época de expansión del negocio familiar. «Además de las tres joyerías y dos ópticas de Valladolid, llegamos a tener dos tiendas en León, una joyería y una óptica; una óptica en Palencia; y una tienda de muebles y decoración en la plaza Santa Ana de Valladolid», cuenta Cristina Muela Tremiño (Valladolid, 1965), nieta de este ilustre comerciante vallisoletano.

Casado con María Cristina Alonso Calleja, el matrimonio tuvo seis hijos: Luis, Félix, Carmen, José Antonio, Paula y Pilar. Todos empezaron en el negocio familiar muy jóvenes. «Hasta mi madre aprendió a arreglar relojes. Mi padre nos enseñó a todos a hacer de todo en las tiendas», recuerda Paula Tremiño quien, junto con su hermana Carmen, se quedó al frente del negocio familiar que hoy dirige junto a sus sobrinos Cristina y José Manuel. «La cuarta generación ya se está preparando para continuar el negocio familiar», avanza José Manuel Muela Tremiño (Valladolid, 1960). Sus sobrinos Carmen, Sofía y Zoilo Alonso-Vielba Muela se están formando para perpetuar el negocio de su bisabuelo materno.

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