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Alfonso García, en el centro, con sus abuelos Laura y Carlos.
Coronavirus en Valladolid: «Fue duro no ver a mi abuelo, él lo daba todo por la familia»

«Fue duro no ver a mi abuelo, él lo daba todo por la familia»

El vallisoletano Carlos García Zarzuela, de 80 años, falleció el 29 de marzo víctima del virus en el Hospital de Segovia, provincia en la que vivía desde 1970

Lunes, 6 de abril 2020, 07:18

«Hoy ha fallecido, a causa del coronavirus, el pilar más importante de mi vida, el hombre que me educó y mi referente». El joven Alfonso García, de 23 años, escribió estas emotivas palabras en su perfil de Twitter el pasado 29 de marzo, día en el que la maldita pandemia le separó para siempre de su abuelo, Carlos García Zarzuela, de 80 años, un vallisoletano residente desde 1970 en Carbonero el Mayor, en la provincia de Segovia. Ingresó en el hospital de la capital segoviana el 24 de marzo, tras varios días con fiebre, con una saturación baja de oxígeno, y ya no pudo salir de allí. «Fue muy duro no poder verle, él que daba todo por la familia, que sus nietos lo eran todo para él», señala emocionado el joven, hijo a su vez de uno de los tres hijos (Carlos, Alfonso y José) de Carlos García y su mujer, Laura López, de 76 años. «Nos llamaban una vez al día», añade Alfonso, que se refiere a su abuelo Carlos como «un buenazo» que, pese a estar jubilado desde hace años, iba cada día al taller mecánico propio que montó hace casi cinco décadas en Carbonero el Mayor y que hoy en día llevan sus hijos Alfonso y José.

«Mi abuelo nació en Valladolid en 1939, el año en que terminó la Guerra Civil, en una familia muy humilde, y tuvo una infancia muy dura. Eran seis hermanos y tuvo que buscarse la vida. A los 9 años dejó el colegio y se puso a ayudar a un ciego a vender cupones, más tarde estuvo en una gravera, y ya de adolescente entró en un taller de electricidad de aprendiz. Se fue especializando en mecánica y en 1960 se fue a Íscar, donde montó un taller mecánico con un socio», relata el joven Alfonso.

Carlos García Brizuela, en el centro, rodeado de su familia.

«En el año 1964 se casó con mi abuela en Íscar, ella desciende de Vallelado, en Segovia, y mi abuelo se hacía kilómetros en la Vespa para poder verla. En Íscar nacieron sus tres hijos, y al poco de haber nacido el pequeño, José, en 1970, se fueron a Carbonero el Mayor, donde montó su taller propio, el que hoy llevan sus hijos y al que iba cada día para echar un vistazo «porque en lo único en que se notaba que estaba jubilado era que se levantaba un poco más tarde», agrega Alfonso, que supo de Lesmes por su abuelo, quien de joven seguía al Real Valladolid y que ahora, en la distancia, lo hacía a través de la tele.

«Yo le daba las indicaciones por teléfono para que buscara el canal, y después del partido le llamaba para comentarlo», concluye el joven Alfonso.

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