Desinfección y lavado de ropa hospitalaria a toda máquina en Castilla y León

En las lavadoras industriales de esta compañía recalan las prendas y el material sanitario de la mayor parte de los hospitales de las nueve provincias de Castilla y León. «Más que el volumen de textil que está entrando nos afecta el cambio en el tipo de prenda; ahora nos llega mucha más indumentaria de los sanitarios de los hospitales porque se están cambiando más a menudo y ha bajado la ropa de cama», sostiene Alonso García.

El alza experimentado en la recogida y tratamiento de batas y uniformes se compensa con la reducción del volumen de ropa de cama al haber disminuido el número de ingresos por otras patologías en el hospital. Así, a diario en los tres centros de Ilunion se lavan unos 25.000 kilos de ropa, una cifra similar a la que acogían antes de la crisis sanitaria, aunque el trabajo para su tratamiento se ha incrementado en un 40% debido a que se han intensificado algunos procesos. «Las prendas que nos llegan ahora son más laboriosas, porque es ropa plana y estamos menos mecanizados; disponemos de una máquina que lava 1.100 sábanas a la hora, sin embargo con los uniformes y batas el procedimiento es más lento», añade.

Con la recogida del material textil sucio en los hospitales a cargo de operarios de Ilunion con sus camiones comienza una primera fase que luego tiene continuidad en las naves de la empresa. Allí se somete a la carga textil al tratamiento en lavadoras con productos químicos y a temperaturas certificadas por una empresa de detergentes que garantiza la desinfección total. «Antes la normativa marcaba unos niveles de análisis internos y externos en el resultado final de la ropa, y ahora este proceso requiere de más trabajo porque lo hemos intensificado», abunda José Juan Alonso García.

A la etapa de lavado le siguen después las de secado y planchado. «A raíz de la pandemia se han extremado los controles», apunta el portavoz de Ilunion. «La ropa infecciosa que nos llegaba era apenas el 12% y llevaba un proceso; en cambio, en la actualidad es prácticamente todo lo que recala aquí, de ahí que tengamos que intensificar las medidas de protección, aunque el problema de contagio no va a venir de nuestros puestos de trabajo sino de fuera, del contacto con el vecino en el ascensor, cuando no se guarda la distancia debida en los centros laborales...; en España tenemos 6.500 trabajadores y apenas tenemos incidencias»

Más allá del volumen de trabajo que afrontan estos días, Alonso García intuye que el negocio se va a ver resentido. «En las plantas hospitalarias donde trabajamos se verá reducida la rentabilidad, pues producimos los mismos kilos de ropa que antes solo que con mayores costes, y además, trabajamos mucho con hoteles y están cerrados».

Y es que la compañía, además de orientar sus servicios al sector hospitalario y de residencias de la tercera edad, sirve también al sector hostelero. A mayores, está desarrollando la línea de ropa laboral destinada a empresas de alimentación.

En este nicho de mercado atisba la empresa del grupo social ONCE grandes posibilidades de expansión, sobre todo a raíz de la crisis desencadenada por la pandemia y la demanda de aumento de controles en todos los ámbitos que se prevé cuando se supere la pandemia. «Si la normativa ya era estricta en circunstancias normales, a partir de ahora se estrecharán aún más los controles en materia, por ejemplo, de trazabilidad con seguimientos de la vida de la prenda –refiere el director gerente–. Nuestro trabajo seguirá siendo esencial, un valor que intento transmitir cada día a nuestro personal».