«Hace veinte años no había más de tres deshollinadores profesionales en España y ahora tenemos entre 100 y 120 empresas que se dedican a este sector en el país». Así de rotundo se muestra Gorka Eraso, presidente de la Asociación de Deshollinadores de España, ... que tiene un negocio en alza, pese a que principios de siglo parecía casi extinguido, abocado a convertirse en poco más que un recuerdo para aquellos que saben lo que significa 'supercalifragilisticoespialidoso'. Pero no. El oficio de deshollinador está en auge, tanto o más que en 1964, cuando la película 'Mary Poppins' popalurizó este trabajo a ritmo de 'chim, chim, chery'.
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Más sobre el precio de la energía
«Tengo un equipo específico que me permite deshollinar hasta ocho chimeneas al día, trabajamos de lunes a sábado hasta doce horas al día, y estamos dando fecha para Navidad porque no damos abasto», asegura Eraso, que indica que este mes ha vendido «más estufas de leña y pellets que en todo el año pasado». La razón que se esconde detrás de este aumento de trabajo para los deshollinadores y vendedores de estufas está en la crisis energética, tal y como desgrana Ángel Vilches, gerente de la empresa segoviana Mr. Black, que se dedica al deshollinado desde 2020. «El 50% de mis clientes actuales son personas que tenían una chimenea y no la utilizaban, pero ahora mismo nos llaman porque la quieren usar para tener una forma más económica de calentar sus hogares», explica Ángel, que reconoce tener una lista de espera de más de un mes.
El 112 registró el año pasado catorce incendios relacionados con chimeneas en viviendas de la provincia de Valladolid y en lo que llevamos de 2022 ya se ha producido el mismo número fuegos de este tipo. La asociación de deshollinadores asevera que buena parte de los incendios producidos por chimeneas se deben a una mala limpieza de las chimeneas y su presidente explica que «cuando se superan los 2.000 kilos de leña quemada, el hollín se acumula y puede llegar a colapsar el tubo, emitir gases en el interior de la vivienda e incluso generar un incendio. El deshollinador lo que hace es sacar ese hollín del lugar en el que su presencia es peligrosa», señala.
El 112 registró en 2021 catorce incendios relacionados con chimeneas en la provincia de Valladolid, los mismos que en lo que va de 2022
Según se indica en el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE), en el caso de que la potencia térmica de un equipo de calor esté comprendida entre los 5 y los 70 kW, es necesario que la instalación y los mantenimientos sean llevados a cabo por un instalador habilitado -que cobran una media de entre 90 y 150 euros más IVA por servicio-. Cualquiera no puede encargarse del deshollinado y este requisito está haciendo que las listas de espera de las empresas certificadas se dispare notablemente. «Si tienes cualquier problema con tu chimenea y no tienes una factura de una empresa certificada, el seguro no te va a cubrir lo que le pase a tu casa», afirma Ángel Vilches.
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Si los deshollinadores no dan abasto, los fabricantes de equipos de calor de pellets y leña no están mucho mejor. «Las tiendas de chimeneas y estufas están tardando de dos meses y medio a tres meses y medio en servir sus productos porque no hay estocaje. El sector está muy tensionado, pero este problema no es una cuestión española, están así en toda Europa». Esto es lo que aseguran desde la Asociación Española de Fabricantes de Estufas, Chimeneas y Cocinas para Combustibles Sólidos (AEFECC), quienes indican que Castilla y León es la quinta comunidad autónoma de España en la que hay más chimeneas, lo que representa el 10% de todo el mercado nacional.
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La crisis energética derivada de la guerra de Ucrania ha hecho que deshollinadores y fabricantes hagan su agosto a las puertas del invierno y el presidente de la Asociación de Deshollinadores de España no lo oculta, ni mucho menos. «Nos puede caer muy mal Putin, pero para nosotros esto ha sido la bomba», reconoce Gorka Eraso, quien señala que, pese a que el número de deshollinadores ha crecido exponencialmente en los últimos años, aún son muy pocos para las necesidades actuales. «Creo que solo tenemos el 15% de los profesionales que necesita el país. Hay una psicosis por lo que está haciendo Rusia y la gente se está preparando para un invierno duro. No hay empresas capaces de soportar la demanda que tenemos», recalca.
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