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Montserrat Rallo, de Adif, durante la explicación del proyecto de integración a primeros de este año. José C. Castillo

Valladolid

Por qué desaconsejaba Adif los muros pantalla para soterrar

La afección a los acuíferos podría provocar daños en edificios, aseguraba el administrador de infraestructuras, y apuntaba la necesidad de «demoler» algunos edificios para desviar las vías

Antonio G. Encinas

Valladolid

Martes, 1 de octubre 2024, 19:35

El informe de Adif sobre el soterramiento contemplaba todas las opciones que se habían barajado a lo largo del tiempo. Eso incluía la «técnica del túnel entre pantallas o falso túnel» que se ha utilizado en obras de menor envergadura en otros puntos de ... España, especialmente en el Levante. En el caso de Valladolid, lo desaconsejaba, en primer lugar, por «la afección a los acuíferos», que sería «enorme», según los técnicos del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias. Este martes, el alcalde de Valladolid ha presentado 'su' propuesta de soterramiento, con muros pantalla y un coste de 565 millones. Los ingenieros de Eficia, autores del proyecto, defienden la viablidad de la obra mediante esta técnica constructiva.

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Antes de llegar a su conclusión, Adif exponía la situación de esas aguas subterráneas que, por otro lado, ya se analizaron cuando se redactó el primer plan de soterramiento, el que estaba previsto empezar a hacerse con el convenio anterior. Una de las quejas del alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, al conocer el informe de Adif se refería, precisamente, al hecho de que no hubier aun estudio hidrogeológico actualizado. «No existe un estudio hidrogeológico actual que haya servido de base, sino que se ha utilizado el redactado por la Sociedad Valladolid Alta Velocidad en 2009», señalaba en el mes de abril.

El trazado es sensiblemente paralelo al cauce del Pisuerga y por tanto perpendicular al flujo de aguas subterráneas. Las pantallas cortan el acuífero superior totalmente, empotrándose en el terciario, por lo que el efecto barrera de la infraestructura sería enorme», señalaba el informe de Adif.

Esto provoca, a su vez, «una sobreelevación de los niveles freáticos», lo que a su vez puede causar «inestabilidades en los edificios y la inundación de los sótanos existentes».

El estudio hidrogeológico del terreno describe dos acuíferos relevantes. El cuaternario está compuesto «por los depósitos de los cauces de los ríos Pisuerga., Duero y Esgueva por la terraza inferior del sistema Duero-Pisuerga». Se recargan con la «infiltración natural de lluvia» y los retornos del riego. Parte de esa agua se drena hacia los ríos y parte, hacia el acuífero terciario. Es decir, que afecta a cómo regula el nivel del otro acuífero. «El agua se sitúa a una profundidad media de hasta 5-6 metros desde la superficie del terreno», señalan.

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En cuanto al terciario, es un «acuitardo», explica el informe. Esto es, una formación de terreno, en este caso «de tipo limoarenoso y limoarcilloso de carácter semipermeable», que ejerce como barrera entre acuíferos.

Por otro lado, Valladolid cuenta con el inconveniente, en este caso, de que al atravesar todo el casco urbano sería «neceario desviar le tráfico ferroviario o cortar el servicio durante la ejecución de las pantallas y losas superiores», algo que es viable, advertían, porque «Valladolid es punto de paso de todas las líneas ferroviarias hacia el norte de España a excepción de Galicia».

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Y apuntaba algo más a este respecto: «El corredor ferroviario que cruza Valladolid no tiene la anchura necesaria para desviar las tres vías y poder ejecutar los túneles en paralelo, por lo que sería necesario ocupar el viario de la ciudad y demoler edificios en sitios puntuales».

El estudio de Adif lo rubricaban diez ingenieros de caminos, canales y puertos, cuatro de Adif, tres de Adif-Alta Velocidad y tres de Ineco, así como un ingeniero técnico de obras públicas de Ineco.

En agosto de 2006, el Estudio Informativo del Pasillo Ferroviario de Valladolid incluía el soterramiento mediante pantallas en la ciudad. Después se modificó para incluir la opción de la tuneladora. «El soterramiento se efectuará mediante tuneladora en los tramos en los que la profundidad de la rasante así lo permita», explicaba el estudio.

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Adif encontraba otros argumentos en contra del soterramiento que tenían que ver, y en este caso da igual que fuera con tuneladora o con muros pantalla, con los costes del mantenimiento de la infraestructura, por ejemplo. Y también con la mayor «adaptación de las necesidades» ferroviarias. Incluso, en el caso de excavar, veía alguna ventaja a la tuneladora frente a las pantallas, relacionada con la seguridad para las edificaciones del entorno. «Las tuneladoras garantizan la seguridad de la excavación mediante su escudo de protección y empleo de presión en la cabeza de corte».

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