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El Cristo de la Luz vuelve a casa después de cinco meses expuesto en San GregorioLa conocida popularmente como 'la perla de Gregorio Fernández' vuelve a casa. El Santísimo Cristo de la Luz ha regresado este lunes a su capilla ... del Colegio de Santa Cruz después de estar prácticamente cinco meses ausente de las estancias universitarias pero reubicado con mucho protagonismo en la sala número 15 del Museo Nacional de Escultura. El crucificado cuelga desde hoy en la pared que configura su particular retablo de la capilla para recibir el culto de sus cofrades y cualquier persona a través del acceso acristalado desde el zaguán a siete semanas de la Semana Santa y, por tanto, de sus salidas procesionales el Jueves y Viernes Santo.
El rector de la Universidad de Valladolid, Antonio Largo Cabrerizo, junto con varios miembros de la Junta de Gobierno de la Hermandad Universitaria del Santísimo Cristo de la Luz, han recibido la imagen que llegaba en un gran cajón de madera realizado ex profeso desde las dependencias del Colegio de San Gregorio, el mismo donde fue embalado el 18 de octubre del pasado año. Bajo la atenta escolta de varios agentes del Cuerpo Nacional de Policía, media docena de técnicos han procedido a las delicadas tareas de apertura de la caja, traslado y colocación de la talla de madera policromada en unas tareas que, además, han tenido que salvar el trampantojo de las obras de restauración de la fachada del Palacio de Santa Cruz que actualmente está afrontando su última fase y, más en concreto, las últimas labores de recuperación de la piedra degradada del marco y dintel de la puerta de acceso principal.
La cofradía ha aprovechado este tiempo para proceder a una limpieza general de la capilla incluyendo el cambio de la tela granate que enmarca en la pared al crucificado y que ha sido remplazada por una colgada, también de color rojo pero de mayor calidad a la anterior. Es más, su vuelta ya ha sido anunciada a los cofrades de la hermandad haciendo un llamamiento para que acudan este viernes (28 de febrero) a una eucaristía a partir de las 19.00 horas para dar así la bienvenida a la sagrada imagen.
Y estos cinco meses en que el Cristo de la Luz ha estado expuesto en una de las salas de Gregorio Fernández, en el mismo espacio donde habitualmente está el Cristo Yacente pero que en este tiempo está expuesto a su vez -hasta el próximo domingo- en el Museo del Prado de Madrid en la muestra temporal 'Darse la mano. Escultura y color en el Siglo de Oro', una exposición que reflexiona sobre el éxito de la escultura policromada barroca y su complementariedad con la pintura. Pero este intercambio de residencia de ambos cristos, según fuentes museísticas, ha servido para que muchísimos y variopintos ciudadanos hayan disfrutado y admirado tanto el crucificado como el yacente. Espectadores, en definitiva, que han visto las dos tallas en otros emplazamientos diferentes a las habituales y, por tanto, su cambio temporal ha permitido que mucha más gente haya podido verlas e incluso conocerlas por primera vez dada la variedad nacional e internacional del perfil de visitantes que acceden al Museo Nacional de Escultura y del Museo del Prado.
En este viaje de ida y vuelta también cabe destacar que los restauradores de sendos centros museísticos también han estudiando a fondo las imágenes y han procedido a labores de control y conservación de las mismas con una comprobación de su estado general. Una supervisión casi constante y que, en el caso del crucificado, se ha prolongado hasta hoy mismo de manera extraordinaria con la supervisión de las tareas de colocación en su capilla a sabiendas de que es la obra de madera policromada más célebre de Gregorio Fernández, realizada en 1630, ante la sobresaliente calidad artística de su manufactura destacando la propia proporcionalidad, la anatomía, el realismo y su patetismo en la colgadura del cuerpo inerte de Cristo clavado en un madero y hasta la policromía y los postizos empleados. Es por esto, precisamente, que es una de las tallas más admiradas y fotografiadas en la Semana Santa de Valladolid.
El Cristo de la Luz regresa a su capilla a las puertas de la Cuaresma -comienza en una semana- donde su hermandad celebra diferentes cultos y eucaristías en torno a la devota imagen destacando la dedicación de un triduo prácticamente a la puerta de los días de la conmemoración pública de la Pasión. Y el mismo proceder sucederá en próximas fechas con las imágenes de la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz dado que tras el colapso de la cúpula de su templo el pasado 25 de junio dado que a finales de marzo está previsto que imágenes como la Virgen de la Santa Vera Cruz o el Ecce-Homo, también de Gregorio Fernández, regresen de la Iglesia de Sa Miguel a su templo.
De igual manera sucederá con otras piezas emblemáticas como Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna, La Oración del Huerto o el conjunto procesional de El Descendimiento, que desde el mes de noviembre conforman la exposición 'Gregorio Fernández y Martínez Montañés: El arte nuevo de hacer imágenes' que hasta el próximo domingo permanece abierta en la Catedral organizada por la Archidiócesis de Valladolid y la Junta de Castilla y León conformada y configurada a su vez por Las Edades del Hombre.
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