Nos acercamos hasta el casco histórico de Valladolid. Concretamente a un edificio que data de 1906. Asís García Mazariegos nos recibe con una sonrisa y nos invita a pasar a su estudio, que es el refugio de su familia. Es un hogar acogedor y lleno ... de personalidad que ha sido totalmente reformado en 2021. La obra ha logrado sacar el mejor partido a las características originales del edificio. Lo primero que llama la atención son las vigas de madera, que están totalmente vistas y que han sido pintadas de un original y suave color verde aguamarina. Algunas de ellas han sido reemplazadas por otras de hierro debido al desgaste. Son, sin duda alguna, el elemento principal que añade carácter a la estancia y consiguen crear una atmósfera serena y acogedora. Esa combinación de madera y hierro en tonos pastel crea una estética vintage y provenzal que define toda la vivienda.
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En manos de los profesionales del estudio de interiorismo Lola Geijo, el proyecto de reforma y decoración se centró en los pequeños detalles, en las conexiones visuales entre los distintos espacios y la iluminación, consiguiendo un resultado totalmente perfecto y logrando aprovechar al máximo cada rincón. El minimalismo es la piedra angular de esta decoración. Cada elemento parece seleccionado con mimo, evitando los excesos y las estridencias y logrando gran funcionalidad y un bonito estilo. La combinación de muebles clásicos, como una elegante alacena de herencia familiar con otros más contemporáneos, crea un ambiente único y acogedor. El uso de espejos en la zona del sofá, que también es verde, contribuye a ampliar visualmente el espacio interior. «Cuando adquirimos la vivienda realmente no sabíamos todo lo que nos íbamos a encontrar al reformarla, pero nos encantó porque vimos en ella muchísimas posibilidades. Ha sido una labor de rehabilitación bastante dura. El suelo estaba en muy malas condiciones y finalmente no quedó otra que hacer dos escalones. La labor del arquitecto Alvar Enciso, de los constructores y del equipo de Lola Geijo, fue fundamental para solventar esos pequeños inconvenientes que surgieron durante la obra. Finalmente aprovechamos los escalones para hacer la separación entre la zona de estar y la cocina», señala su propietario.
Precisamente para el suelo de la zona de salón se hizo una elección sorprendentemente acogedora: una moqueta de tono beige. Este material no solo añade textura y confort sino que también sirve como elemento unificador que aporta una sensación de continuidad y calidez y resuelve muy bien los desniveles inherentes a la antigua disposición arquitectónica del edificio. Para el entretenimiento de la familia, un sistema innovador con pantalla extensible y proyector ha sustituido a la televisión convencional. «Era la solución perfecta. Si hubiéramos optado por poner un televisor en la pared y el sofá en medio del salón, nos hubiéramos quedado sin espacio. De esta manera tenemos casi un cine en casa y sin que ocupe prácticamente nada», bromea Asís.
La cocina abierta al salón es el centro neurálgico del hogar. Destaca por su peculiar papel pintado con motivos de patos salvajes, que añade un toque justo de eclecticismo. A pesar de lo limitado espacio, se ha logrado una distribución funcional, con electrodomésticos integrados, una mesa para seis personas y mucho almacenaje. «Nos gustaba tanto el papel que decidimos prescindir de un módulo de mobiliario para que se viera más la pared. Creo que es algo diferencial un papel con este color en una cocina. Lo protegimos de las salpicaduras del cocinado con un metacrilato», dice Asís.
Desde la cocina se accede al dormitorio. No hay puerta, sin embargo, vemos parte de los marcos de la que existí antiguamente. Descubrimos una estancia que transmite calma y sofisticación. Allí la sutileza y la elegancia son la clave. El lugar está presidido por una gran cama vestida de blancos cremosos con detalles aguamarina en los cojines y sutilmente en el cabecero.
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Enfrente tenemos el baño. Espacioso, moderno y muy funcional. Aquí, los propietarios, bien aconsejados por el equipo de interioristas, optaron por dejar uno de los muros en el ladrillo original. Un toque industrial que lo enriquece muchísimo y que combina bien con la excelente elección cromática del resto de elementos. «Es una casa nueva con ciertos toques antiguos que le dan mucha personalidad», indica el propietario.
Este estudio es el ejemplo perfecto de que, siendo creativos, detallistas y dando prioridad al orden, a la luminosidad y a la practicidad, «cuarentaypico» metros cuadrados pueden ser perfectos para vivir. Si te apetece conocer otros muchos hogares especiales de Valladolid y provincia, no dejes de pasarte por nuestra sección 'Bienvenidos a mi casa'. En ella encontrarás espacios que te sorprenderán. ¡Léenos!
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Características
Año de construcción del edificio: 1906
Año de remodelación: 2021
Dormitorios: 1
Baños: 1
Superficie total: Menos de 50 m2
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