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En la Plaza Mayor de Peñaflor de Hornija, frente al Ayuntamiento, encontramos una joya arquitectónica que ha sido testigo del paso del tiempo en este pequeño municipio: una casa del siglo XV, una de las más antiguas del pueblo. Su magnífico arco de entrada y ... sus gruesos muros de piedra eran la muestra del enorme potencial que escondía esta vivienda. Tras una profunda reforma dirigida por la arquitecta Mercedes González, esta casa ha recuperado su esplendor de antaño y ha conseguido realzar sus características únicas.
Nos reciben sus propietarios, María Ángeles Real y Jacinto Maté, y al entrar podemos observar toda una sinfonía de texturas y detalles históricos que se entrelazan con elementos modernos y funcionales. El recibidor es todo un tributo a la piedra. Mantiene los muros y suelos originales, con unas baldosas hidráulicas con motivos geométricos perfectamente conservadas. La puerta, por dentro, presume también de su gran arco, orgullo de sus dueños. «Esta casa la he visto y admirado desde que era pequeña en el pueblo. Cuando la compramos decidimos mantener este arco, porque nos parecía una verdadera joya», explica María Ángeles Real. De allí mismo parte la cocina abierta, que combina mobiliario nuevo y antiguo aunque meticulosamente restaurado.
Destaca, sobre todo, una gran alacena de rincón que está empotrada en los muros. Su interior está decorado con un papel pintado de vivos colores. La integración de las vigas de madera originales en el techo añade calidez y carácter a este espacio culinario. Están pintadas de blanco y gris. «Nos encontramos con que estaban encaladas, las dejamos al natural y luego las hemos dado una mano de pintura de este color que nos parecía más moderno», apostilla su propietaria.
Pasamos al comedor. La estancia favorita de Jacinto Maté. Ocupa una antigua alcoba y la sala de estar. Se nota en la diferencia de los suelos, que aunque son los dos de color terracota, tienen diferente brillo y tono. Esta estancia es alargada y amplia y está presidida por una gran mesa perfectamente puesta para la ocasión. Su propietario es miembro de la cofradía del Santo Cristo de las Eras de Peñaflor de Hornija y es en esta estancia donde celebró los cabildos con sus hermanos cofrades cuando fue mayordomo el año pasado. Algo de lo que guarda un grato recuerdo. Las sillas son todas antiguas, de madera, y todas han sido restauradas y pintadas y restauradas con gran delicadeza y buen gusto. El comedor tiene salida al patio. «Esta casa perteneció en 1860 a un maestro que fue quien refundó la cofradía. En esta casa posiblemente escribió los estatutos por los que nos regimos», indica. «El maestro constructor de la obra fue José María García, de Medina de Rioseco. El conoce bien los antiguos sistemas constructivos y eso ha ayudado mucho a la hora de descubrir la piedra, que estaba oculta bajo barro y yeso y de conservar ciertas estructuras», añade.
Salimos al patio, que tiene un enorme potencial y cuyo protagonista es un árbol membrillo. Desde allí accedemos a la antigua cuadra, reconvertida en sala de estar con dos alturas. En ella se ha instalado una caldera y carpintería de aluminio. El resultado es muy acogedor. «Ha sido un trabajo muy exhaustivo y muy respetuoso con la construcción original, aunque nos hemos permitido abrir alguna ventana al patio para dar mayor amplitud y luminosidad», apunta la arquitecta. «Los suelos estaban tapados por material vinílico y eran una auténtica preciosidad. No queríamos renunciar a ellos, así que los descubrimos y les dimos valor. También hemos respetado las puertas antiguas, las vigas y la escalera», prosigue. Esta planta se completa con un baño moderno pero con toques rústicos como el teléfono de la ducha o una escalera de madera a modo de toallero.
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La vieja escalera guarda una sorpresa. En uno de los primeros escalones hay cortado un tocón de madera que deja a la vista un agujero en el que tal vez antaño se guardara algo valioso. «Es muy curioso. Posiblemente fuera una antigua hucha», dicen los propietarios. El bajo de la escalera, que está cubierta con friso, se ha aprovechado para ubicar una despensa.
En la planta de arriba hay varias estancias aunque sólo una está amueblada como habitación de matrimonio. El desván o sobrao deja ver los arreglos que se han llevado a cabo en el tejado. «Gran parte del tejado se ha rehecho por completo debido a su mal estado. Otra parte la hemos podido conservar con algunos arreglos», comenta la arquitecta. «En la fachada lateral también ha sido necesaria una gran intervención ya que con el paso de los años estaba muy abombada», añade.
Características
Año de remodelación: 2022
Dormitorios: 2
Baños: 1
Dos plantas
Patio interior
Gran merendero
Sobrao
Si tienes una vivienda singular y quieres enseñárnosla envíanos un mensaje de WhatsApp al número 682745186
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