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Sin lugar a dudas la calle Platerías de Valladolid forma parte de la identidad visual de la ciudad y los comercios de la zona gozan de un enclave privilegiado para la venta, centrada en los turistas en épocas como Semana Santa, Navidad o verano. ... La curiosidad ante el derrumbe de la cúpula de la iglesia de la Vera Cruz ha provocado que el número de clientes y personas en la calle «se haya multiplicado durante la tarde de ayer y la mañana de hoy», argumenta Paco Domingo, propietario de La Casa del Sombrero. «Al comercio nos está viniendo bien la curiosidad por el derrumbe de la cúpula. La gente trae consigo ventas y la calle está llena desde ayer por la tarde. Supongo que será un par de días, la gente vendrá, verá que no hay cúpula y ya está», confiesa Matilde de la Torre, propietaria de Floristería La Jara, ubicada el principio de la calle Platerías.
La imagen de la totalidad de la calle Platerías con la iglesia de la Vera Cruz y su cúpula coronando el recuerdo de la instantánea inmortalizada por cientos de turistas a lo largo del año ya no existe. La opinión de los comercios pertenecientes a la calle es dispar en cuanto a cómo afectará el derrumbamiento en su número de ventas. «Comercialmente es algo que no influye. La gente se da cuenta ahora de que existía esa cúpula, antes del derrumbe yo creo que la gente no se fijaba. La circunstancia extraordinaria de ahora es la curiosidad, esta mañana se escuchaba a alguien un 'hazme una foto sin la cúpula'», relata José Antonio Sigüenza, propietario de La Cocina Económica.
«Seguramente tengamos consecuencias comerciales cuando vaya avanzando el tiempo y la cúpula no esté restaurada en Semana Santa. Es probable que las procesiones que salían de aquí cambien el itinerario y eso sí que nos afectará», reflexiona Matilde de la Torre de Floristería La Jara. Daniel Nieto, camarero de La Bodeguilla, asevera que «el derrumbe de la cúpula no afecta al número de clientes o de ventas de un bar. La gente que antes no venía a tomar algo aquí no va a venir ahora porque se haya ocurrido esto» y añade: «Es una faena que haya ocurrido algo así, a nadie le gusta. Lo importante es que no ha pasado nada a nadie».
En el bar parecía no haber otro tema de conversación y en la calle todo aquel que caminaba dirección a la iglesia de la Vera Cruz levantaba la vista para comprobar que ya no hay cúpula. «Respecto al tema visual de la calle yo creo que no sabes si ha pasado algo o no. Salvo que supieses que había una cúpula ahí el sentir general y la sensación es de que no ha pasado nada», puntualiza Paco Domingo de La Casa del Sombrero, quien afirma con rotundidad que «la calle seguirá siendo igual de emblemática, una calle de paso al Museo de Escultura y a San Pablo».
«Pienso que no afectará al número de ventas, se seguirá vendiendo poco. El turismo seguirá pasando por aquí y los curiosos también para ver como avanzan los trabajos de reforma», afirma Paco Domingo de La Casa del Sombrero que atribuye la curiosidad y el aumento del número de personas a «la presencia de medios de comunicación con cámara y micrófonos en la zona».
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