La Circular dice adiós a su parroquia 80 años después por la marcha de los Claretianos

La Eucaristía de despedida oficial del templo está ya señalada para el 18 de junio, a las ocho de la tarde, y será presidida por el cardenal y arzobispo Ricardo Blázquez. La parroquia, no obstante, continuará abierta al culto hasta el 31 de agosto (mantiene, en este sentido, los bautizos y oficios programados), cuando cerrará sus puertas para siempre. «Ojalá sea un simple hasta luego y nuestra orden pueda volver algún día a Valladolid, pero nuestra situación es la que es, los tres que quedamos aquí superamos los ochenta años y la decisión de cerrar la parroquia y dejar la ciudad fue adoptada ya en diciembre», resume el padre Ángel (natural de Fombellida), que apura sus últimas semanas en la parroquia en compañía del salmantino Francisco de Asís Vicente y del zamorano Eugenio Oterino.

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La marcha de los Padres Claretianos, cuya orden aterrizó tímidamente en la capital a finales del siglo XIX (1894) para asentarse definitivamente en ella en 1941, y desde 1944 en su actual emplazamiento en la Circular y la calle Padre Claret, dejará un enorme hueco en su barrio tanto espiritual y social, dados sus casi ochenta años de historia, en los que llegaron a contar con un comedor social, como urbanístico, ya que la orden cuenta en la actualidad con la iglesia, cuya capilla ocupa quinientos metros cuadrados, con entrada por el número 10 de la plaza de la Circular, como con un bloque residencial de cuatro alturas a la vuelta de la esquina, con acceso por el número 3 de la calle Padre Claret.

La orden Claretiana, cuyo superior, Adolfo Lamata, comunicó la decisión de abandonar la ciudad el 16 de diciembre al obispo auxiliar Luis Argüello, ha ofrecido inicialmente sus propiedades (iglesia y residencia) en venta a la propia Diócesis de Valladolid. «Es una decisión, la de la posible compra, que se está valorando, pero que no está cerrada», apuntan fuentes del Arzobispado. «Ojalá la iglesia y la residencia, que tiene muchísimo espacio, pueda utilizarse para algún fin social», apunta el párroco Ángel Cabezón.

Los Claretianos llegaron a la capital para no dejarla, hasta ahora, en 1941, cuando residieron inicialmente en la calle Chancillería hasta la compra de su actual residencia, en el número 3 de la calle Padre Claret, donde fundaron inicialmente una pequeña capilla, situada en la esquina de dicha vía con la plaza de la Circular, que el 19 de junio de 1966 adquirió la categoría de parroquia, en un acto oficiado por el arzobispo José García y Goldaraz (1893-1973), cargo que ocupó entre 1953 y 1970. La iglesia actual, con acceso ya desde la plaza, fue inaugurada el 16 de mayo de 1981. Sus puertas se cerrarán para siempre el próximo 31 de agosto.