Valladolid

La calle Constitución recupera su quiosco al calor de la apertura de Zara

Lo que fue en su momento un cierre triste, y en cierta parte nostálgico, para los residentes de la zona, que ya normalizaban como una parte más del paisaje urbano aquella fachada con brotes verdes, hace unos días ha sido un nuevo comienzo para la franquicia de Amancio Ortega, que abrió el enorme espacio comercial el pasado viernes (30 de agosto). Durante estos primeros días, el Zara de Constitución ha sido la novedad del entorno al incluir nuevos servicios y tecnologías en sus más de 3.000 metros cuadrados de superficie. La bienvenida ha sido intensa, casi tanto, que la pérdida de El Corte Inglés junto a su fiel compañero (el quiosco de Alberto Recio) parecía más lejana de lo que realmente es.

«Un año y dos meses, ese es el tiempo que hemos estado fuera del entorno de la calle Constitución. Y ahora estamos otra vez de vuelta», confirma Recio, que desde la mañana de este miércoles ha estado tramitando los últimos papeleos y permisos para que su quiosco vuelva a estar en marcha esta semana. Y allí, a las puertas del ahora Zara, ha vuelto a ser colocado su negocio.

El quiosquero, que ya cuenta con diez años de experiencia en un negocio con 25 años de recorrido, esperaba en un principio «estar de vuelta en febrero». Sin embargo, asegura que «estas cosas se van retrasando y alargando y hasta ahora no me ha sido posible volver».

Fue a mediados de julio de 2023 cuando esta extensión del centro comercial (que por aquel momento ya estaba en obras para despedirse del jardín vertical de su fachada) desapareció de la vía pública fruto de una recomendación de la constructora. «Me comunicaron que por temas de seguridad, tanto para mí como para mis clientes, lo más lógico era quitar el quiosco hasta que todo estuviese terminado», anuncia Recio, quien no esperaba que la retirada de su negocio se extendiese tanto en el tiempo. Fue la constructora Ferrovial la que se ocupó de la retirada del tenderete y de su posterior traslado hasta una nave que ha funcionado a modo de albergue durante la instalación del nuevo Zara.

«El tiempo que he estado fuera me lo he tomado de descanso, viviendo con normalidad», explica Alberto, quien afirma que volver a la zona de la calle Constitución supone un nuevo comienzo. «Me sale rentable o, por lo menos, es lo que me toca al ser lo único que tengo», añade. Esto no solo ha supuesto un punto de partido nuevo para el quiosquero, ya que la zona también ha experimentado un cambio de imagen y de afluencia. Solo hace falta dar una vuelta por los alrededores de calle Santiago para ver que la llegada de más gente tras dar la bienvenida a este nuevo comercio. Tener al lado a este nuevo compañero puede considerarse un «chollo» para tener visibilidad en esta vuelta a la normalidad.

«Espero tener más ventas o por lo menos más afluencia a mi alrededor», desea el quiosquero, que ya ha merodeado por la zona antes de su llegada para preguntar a sus vecinos sobre el ambiente. «Las tiendas cercanas me han comentado que sí notan una mejoría tras la llegada del Zara», apunta.

Por ahora a Recio solo le toca esperar que todo esté en orden en su negocio para poner en marcha una reapertura en la que espera que la franquicia le dé un «empujón», y de funcionar, «que todo lo que sea de más bienvenido sea», concluye.