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La borrasca Domingos llegará en sábado y traerá otro vendaval a Valladolid

La nueva borrasca se adentrará en la península por Galicia en las próximas horas (allí se esperan olas de hasta 14 metros) y sus efectos, en forma de rachas de viento muy fuertes, comenzarán a sentirse en Valladolid, y en el conjunto de Castilla y León, a partir de las seis de la mañana. Desde esa hora, y hasta las diez de la noche del sábado, está activado el aviso amarillo en toda la comunidad por rachas que, en el caso de la provincia, pueden alcanzar los 70 kilómetros por hora.

Domingos será la cuarta borrasca de gran impacto que recala en el país en las últimas semanas y la enésima desde que comenzará este interminable carrusel de borrascas que comenzó el 13 de octubre y que tiene visos, por ahora, de continuar, aunque con un posible parón de tiempo estable de cara al inicio de la semana que viene (después se atisban más nubarrones).

Esta borrasca enviará un frente frío que no solo originará un vendaval, con rachas procedentes del suroeste y el oeste que a lo largo de toda la jornada del sábado soplarán con una velocidad media de entre 30 y 40 kilómetros por hora (con picos que podrían alcanzar los 70 de 6:00 a 22:00 horas), sino que traerá más lluvias. No será, en principio, un episodio tan extremo como el causado por Ciarán el jueves. Domingos, en este sentido, dejarán algunas lloviznas y algún chubasco de mayor relevancia entre el mediodía y las primeras horas de la tarde (del sábado).

Nada que ver con Ciarán. Esta última borrasca dejó picos extremos superiores a los cien kilómetros por hora en la provincia, con una inusual punta de 106 kilómetros por hora registrada en Villalón de Campos, y otros picos notables de 96 en Fuente El Sol o 90 en Olmedo y Rueda. En la capital se alcanzó un pico de 76 kilómetros por hora y se registraron 12 litros por metro cuadrado.

El viento y la lluvia dejaron más de un centenar de incidentes en forma de caídas de árboles, ramas, chapas... en infinidad de puntos de la provincia, capital incluida. Fue un día de perros que ha continuado este viernes, cuando se han registrado de nuevo picos de viento de 62 kilómetros por hora en la ciudad (a las 12:00 horas).

Ciarán, además, dejó una curiosidad en forma de temperaturas más bajas por el día que no la noche. Tanto es así que la máxima del jueves, que fue de 15,4 grados, se registró a las 3:20 horas y la mínima, en cambio, de 5 grados, llegó la noche siguiente (a las 23:00 horas). Antes, durante las horas centrales del día, el mercurio se estabilizó en torno a los 8 grados. Y eso fue fruto de la llegada inicial de viento más cálido que acabó siendo mucho más frío a medida que avanzaba la jornada.

Los pluviómetros han recogido desde que comenzó el aún en curso tren de borrascas, el 13 de octubre, la friolera de 98 litros por metro cuadrado con lluvias registradas prácticamente todos los días (salvo el 13 y hoy mismo, aunque en ambos casos sí hubo lloviznas que dejaron cantidades inapreciables).

Los últimos aguaceros han causado la primera avenida significativa de ríos como el Pisuerga, que el pasado martes alcanzó su punta de los últimos meses con un pico de 154 metros cúbicos por segundos. El principal río de la capital, eso sí, ha adelgazado notablemente desde entonces y este jueves apenas alcanza los 80 metros cúbicos con sus aguas teñidas completamente de marrón. Cabe recordar que sus niveles de alerta y alarma de desbordamiento (619 y 935 metros cúbicos por segundo) quedan muy lejos.

Este fin de semana volverá a llover, especialmente el sábado, para comenzar a estabilizarse la atmósfera el domingo de cara, al menos, hasta el miércoles de la semana que viene. Las temperaturas serán relativamente suaves, aunque con una sensación térmica inferior por el viento, y oscilarán entre los 6 y los 15 grados.

Domingos, y sus efectos, dejarán la península precisamente el domingo, aunque aún se esperan rachas de viento relativamente fuertes para esa jornada.