Mi plan favorito en Valladolid

De bares con Sergio Encinas: «Me gusta tapear por San Martín por la comida y el buen trato»

El humorista vallisoletano Sergio Encinas tiene muy claro cuál es su zona favorita para tapear. Y lo es desde siempre. Se crió en el barrio de La Rondilla y los bares del entorno de la iglesia de San Martín están bastante cerca, por lo que fueron testigos de sus primeras quedadas con amigos. A pesar de los años, Sergio sigue siendo fiel a un entorno gastronómico donde no solo disfruta de la comida, sino que resalta el buen trato de los hosteleros con la gente. «Da igual que estén trabajando a destajo sacando raciones... siempre son muy amables», valora. Uno de sus bares imprescindibles es La Venta del Fraile, «aunque casi todo el mundo lo conoce como el bar de las bolitas», explica. Y es que sirven las famosas 'picardías', unas bolas de patata que se han convertido en todo un clásico. También es asiduo a la Taberna del Duero La croqueta, donde pide sus típicas croquetas y una ración de morro. Y para rematar, un pincho moruno en la Taberna Los Moros.

Para comidas familiares suele elegir el Mesón Don Enrique. «Siempre se lo aconsejo a todos los amigos porque tiene buena carne, buenos pescados, raciones exquisitas... y además el trato es exelente», asegura. Le resulta difícil elegir, pero si tiene que quedarse con algo de la carta sería el entrecot. Recuerda con nostalgia cómo la calle Paraíso, donde se ubica el Mesón Don Enrique, fue hace unos años un hervidero de gente joven de fiesta. Y que a tan solo unos metros, en el cruce de Marqués del Duero con Esgueva se encontraba el salón recreativo donde asegura haber pasado horas y horas.

Para tomar algo, Sergio tiene un claro lugar de referencia: la ronería Tiki Domingo, en la calle Empecinado. Un lugar impresionante decorado con unas 3.000 botellas, detalles hawaianos e infinidad de curiosos vasos elaborados por el propio dueño. «Los cócteles tienen nombres de grupos de rock como Iron Maiden o Deep Purple... y cada uno se sirve en su propio vaso que es una estatua tiki. Además también ofrecen cócteles sin alcohol». Otro de sus preferidos es el bar Masai, ubicado en el barrio de Parquesol. «Tienen helados artesanales y batidos de todos los sabores, son una locura. Yo siempre me pido el de Donut, que me fastidia un montón porque está tan rico que tardo dos segundos en beberlo», confiesa.

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