Mi plan favorito en Valladolid

De bares con el Duende Eléctrico: «El Cafetín de Cobalto es el número uno en tortillas»

Además de su gorro de juglar multicolor —con cascabeles incluidos— y su chaleco reflectante naranja, uno de los elementos más característicos que conforman su puesta en escena es su 'bicibatería' sobre la que a menudo, canta y toca instrumentos al mismo tiempo que pedalea.

Prueba del reconocimiento con el que cuenta este particular músico es su apretada agenda: en los días que preceden y suceden a este encuentro, el Duende Eléctrico lleva a cabo con toda una gira en bares y plazas de pueblos de España, especialmente en el norte del país. Estos 'bolos' son la ocasión perfecta para interpretar ante el público algunas de sus creaciones musicales, ya que ha lanzado nada menos que cinco discos: 'Me estoy forrando con la música', primera, segunda, tercera, cuarta y quinta parte.

El buen humor de Pepe se deja ver desde el momento en el que se anticipa pidiendo la cuenta en el Cafetín de Cobalto, un bar en el corazón del Polígono de San Cristóbal en cuyas mesas tiene lugar la presente entrevista: «¡Cóbrame antes de que venga una excursión!», solicita a la camarera entre risas ataviado con su mono de trabajo azul y, por supuesto, con su colorido gorro con cascabeles.

José Luis vive actualmente en Valladolid junto a su pareja, pero «pisa poco por el centro de la ciudad»: «Cuando no estoy trabajando o actuando, descanso, por lo que no me sobra mucho tiempo libre para hacer planes», declara. Sin embargo, siempre que puede, encuentra un rato para acercarse a saludar a amigos y «conocidos del taller» en la Taberna La Pepi, Vinos Merino u otros garitos.

Para comenzar el día con fuerzas, el Duende Eléctrico disfruta desayunando un café acompañado de la que él define como «la mejor tortilla del mundo» en El Cafetín de Cobalto.

Y es que este bar ubicado en el número 22 de la calle que le da nombre se encuentra a poca distancia del taller donde trabaja. En los últimos años se ha ganado fama entre los asiduos del polígono de San Cristóbal en gran parte por sus tortillas poco hechas y de tamaño y sabor más que considerables.

«El Cafetín de Cobalto es el número uno en tortillas, con bastante diferencia», afirma tajante José Luis. Sin embargo, el artista, que en ningún momento se separa de su peculiar gorro con cascabeles, confiesa riendo que a veces prefiere coger un bocadillo para llevar y tomárselo en el taller «porque aquí te encuentras con unos y con otros, y al final te enredas».

Cuando visita el centro de la ciudad, Pepe disfruta del tapeo en Morgan, en la calle Solanilla; o La Bici, así como en Vinos Merino. Precisamente, de este último lugar del número 2 de la calle Conde de Ribadeo, el músico destaca el hecho de que «si vas y pides un vino, te ponen una tapa suculenta, sin andar racaneando».

Al haberse criado parte de su familia en el barrio de Delicias, a menudo aprovecha para pasarse por allí y tomar una sepia en el Bar del Cine, de la calle Embajadores, 58. Pero si se trata de tomar un vino por el centro de la ciudad, los lugares de referencia del Duende Eléctrico son el Kafka o el Berlín, en las cercanías de la catedral; así como la zona de Cantarranas. De hecho, allí suele disfrutar de un clarete de Cigales «o un Ribera de vez en cuando».

Sin embargo, José Luis de Pablo, demostrando una vez más que es toda una caja de sorpresas, comparte otra de sus variadas aficiones: «Uno de los vinos que más me gusta tomar es el que yo mismo elaboro». Y es que, cada año, el artista embotella en Cigales unos 500 litros de clarete y tinto, reciclando botellas y colocando su propia etiqueta. «Para beber otros vinos, me bebo el mío», afirma con humor «aunque este no lo suelen tener en los bares y también hay que variar, claro».

Para comidas más contundentes, el Duende Eléctrico disfruta de «un buen pincho de lechazo», que a menudo degusta en El Lagar de Traspinedo, en el número 1 de la calle Asunción: «Los pinchos allí están muy buenos y te los puedes llevar para comerlos en casa sin ningún problema, ya que aguantan muy bien». «También puedes ir a comerlos al propio Traspinedo, pero entonces te toca venir en taxi o no beber», afirma entre risas. La Berrea, en Delicias (calle Gerona, número 10), es otro de sus restaurantes favoritos, especializado en carne a la brasa.

Aunque Pepe afirma salir poco por la noche, admite que «La Española cuando Besa es un bar con buena decoración donde se pueden probar unos 'tornillos' increíbles de noche». «Cuando salgo, otros de los bares a los que voy son el Kafka o el Berlín, aunque los jueves, viernes y sábados estoy casi siempre fuera y, claro, no tiene mucho sentido salir un miércoles cuando al día siguiente hay que trabajar», confiesa entre risas.

Dejando de lado lo gastronómico, siempre que viene un amigo de fuera, José Luis le descubre algunos de los muchos sitios con encanto que se pueden visitar en la ciudad: «Gusta mucho el Viejo Coso y la zona de la catedral y La Antigua; así como los alrededores de la Iglesia de San Martín, con calles que parecen sacadas de la Edad Media».

También le divierte llevar a la Playa de Las Moreras a sus amigos y conocidos, que a menudo no le creen cuando menciona la playa de Valladolid: «Hay gente que se queda flipando cuando ven que en Valladolid tenemos playa; y lo cierto es que aquí tenemos de todo», concluye alegre José Luis de Pablo.