La banda del BMW empotra un coche contra el Popeyes de Valladolid y huye sin botín

El robo, que retoma la línea de otros similares llevados a cabo a comienzos de verano, ocurrió a partir de las cinco y cuarto de la mañana en el local acristalado que abrió sus puertas el 26 de mayo. Los autores estacionaron inicialmente un BMW, presumiblemente robado, en la parte posterior e intentaron entrar por una entrada situada junto a las ventanillas de entrega de comida a los vehículos. No lo lograron y optaron por dar marcha atrás con el turismo y golpear con relativa «suavidad» con el maletero una luna (de seguridad) situada junto a una puerta corredera del lateral hasta que la hicieron añicos y desencajaron el marco metálico.

Los autores, cuatro encapuchados que llevaban mascarillas para cubrir sus rostros, accedieron finalmente a mazazos para arrancar la luna de cristal. Uno de ellos permaneció al volante del BMW y los otros tres accedieron al interior portando sus tradicionales mazas para intentar arrancar a porrazos de la pared la caja fuerte. No lo consiguieron y posteriormente hicieron lo propio con las cajas registradoras, de las que solo se llevaron unos portamonedas vacíos, según han confirmado fuentes policiales.

Y todo ello mientras sonaba la alarma y eran grabados por las cámaras de seguridad, cuyas imagen están ya en manos de los investigadores de la Policía Nacional. Los delincuentes huyeron antes de la llegada de las primeras patrullas. Y se fueron, de nuevo con las manos vacías, al igual que ha ocurrido en muchos de sus últimos golpes desde que esta enésima versión de la banda retomó la actividad a finales del año pasado.

La banda del BMW reapareció así el lunes con otro alunizaje, como hicieron por última vez en un bar de Los Santos Pilarica a finales de junio. Después, entre julio y agosto, quemaron media docena de coches robados, en su mayoría BMW, en distintos parajes de la provincia después de cometer presumiblemente distintos golpes, en principio, fuera de Valladolid.