La banda del BMW desvalija un bar de Arroyo mientras cruza insultos con los vecinos que presenciaron el asalto

«Fue cuestión de unos pocos minutos e, incluso, ellos también insultaron a los vecinos que les estaban gritando desde la ventana», recuerdan los vecinos. Pero la presencia de decenas de testigos no impidió el robo. Los asaltantes, al igual que hicieron hace poco más de un mes, en la madrugada del 3 de junio, entraron por el espacio peatonal de la calle Alonso de Ojeda, una perpendicular a la avenida de Salamanca, en La Flecha, a bordo de un Seat León negro (el de un mes antes era amarillo), para pararlo delante de un bar. El conductor permaneció al volante y sus tres acompañantes, que llevaban ropas oscuras y capuchas, se bajaron armados con un pico y una maza. Eran las cinco y media de la mañana.

«Dieron unos porrazos tremendos y después de golpear a lo bestia la luna con el pico y la maza cogieron un bloque de hormigón de una obra cercana y acabaron de reventar la luna», añaden los testigos. Y todo ello mientras los vecinos les «decían de todo» y les recordaban que el bar ni siquiera tenía máquina tragaperras. Pero les dio igual. «Ellos comenzaron a insultarnos y nos dijeron que nos metiéramos en casa mientras continuaban con el robo sin inmutarse». Una vez dentro se les oyó decir que, tal y como les estaban advirtiendo los testigos, «aquí no hay nada, vámonos». Antes sacaron el cajetín de la caja registradora, cogieron un bote con el dinero de los cambios (la víctima estima que podía haber en torno a 200 ó 300 euros) y, como novedad en los golpes de la banda, se llevaron uno de los dos jamones que había colgado junto a la barra.

«No he echado nada más en falta, la verdad, y creo que no se han llevado nada más que el bote y el jamón», confirma el propietario, quien lamenta que lo peor del golpe, el segundo que sufre en apenas un mes y medio, «es la sensación de inseguridad que te genera». Los vecinos, comerciantes y hosteleros del entorno coinciden en criticar «la falta de vigilancia y de presencia policial en el entorno».

Los ladrones, al igual que en sus últimos golpes, apenas emplearon «dos o tres minutos» en dar el golpe antes de salir «a toda velocidad» por la acera peatonal para salir a la avenida de Salamanca. En el escenario dejaron la luna de seguridad, de 18 milímetros de grosor, reventada y el adoquín que emplearon para acabar de abrir el boquete.

«La otra vez hicieron lo mismo con la luna de al lado y, también ante un montón de vecinos, acabaron desistiendo al no poder romperla del todo y huyeron con otro Seat León (amarillo), recuerda la propia víctima.

La banda del BMW, cuyo último golpe conocido, en forma de robo de un BMW que luego quemaron, tuvo lugar precisamente en un garaje de Arroyo hace una semana, sumó así su enésimo asalto desde finales del año pasado. Desde entonces son más de una veintena los delitos cometidos por el grupo, sobre todo, en bares, así como en perfumerías y gasolineras. Otros tantos coches, en su inmensa mayoría Seat León e Ibiza, además de BMW y algún Audi, han sido robados y utilizados para cometer sus golpes. La mayoría, además, han tenido lugar en las madrugadas de los domingos al lunes.