Ayuntamiento, Junta y Gobierno han pagado ya el 40% de la integración ferroviaria

Las obras de integración están tasadas en 299 millones de euros a escote entre Adif y Renfe (50% entre Adif Alta Velocidad, Adif y Renfe), la Junta de Castilla y León (25%) y Ayuntamiento de Valladolid (25%), según el convenio firmado en 2017. A día de hoy, y después de que Junta y Ayuntamiento decidieran anticipar algunos pagos en 2022 por cuestiones presupuestarias, se han desembolsado 121 millones de euros. Un 40% del total. El año 2024 es crucial para las arcas municipales, por ejemplo, porque el Ayuntamiento se había comprometido a aportar 11 millones de euros en esta anualidad. A partir de ahí, cada año baja la cantidad que debe poner: 8,4 millones en 2025, 7,6 en 2026, 6,7 en 2027… Los últimos pagos, entre los años 2031 y 2033, son ya residuales.

Eso se ha traducido en algunos cambios ya muy visibles y otros que están en marcha, pero sin llegar a concretarse. La tramitación de cada expediente de obras es compleja: anteproyecto, licitación del proyecto, licitación de las obras, ejecución. Los plazos se complican y se intersectan, además, con otras cuestiones que hay que resolver. En el caso de la integración, por ejemplo, la variante de mercancías, aún en ejecución, el traslado de los talleres de Renfe, el vaciado de los terrenos junto al paseo de Farnesio, donde crecerá un barrio nuevo en los próximos años. Así, apenas se han concluido los pasos entre Nochevieja y Andrómeda y el de la Plaza Rafael Cano, que no se incluía dentro del plan de integración ferroviaria. En ese tramo entre ambos pasos se encontraba la necesidad de reformar las calles a ambos lados de la vía, la calle Seo y la calle la Salud. La calle Seo, un callejón a medio asfaltar, se ha remozado por completo y se ha ganado espacio al tren. La calle La Salud tiene el proyecto listo y solo falta licitar las obras. Algo que, en principio, el actual equipo de Gobierno podría acometer porque no es incompatible con un futuro soterramiento.

El gran paso de esta primera fase era el de Panaderos y Labradores, al que le queda, ahora mismo, el ensanchamiento del paso de vehículos desde Delicias hacia el centro. El túnel actual debería cerrarse a finales de este mes, para comenzar las obras inmediatamente y rematarlas en unos 4 ó 5 meses.

En obras está también el de Padre Claret y la calle Andalucía, a la altura del mercado de las Delicias.Este paso debería estar terminado a finales del próximo mes de febrero.

Hay otra serie de intersecciones con la vía que están ya en la fase de redacción de proyecto o, incluso, con el proyecto terminado. El más polémico va a ser el de Arco de Ladrillo, que supondría el desmontaje del viaducto actual, sometido durante años a numerosas obras de mantenimiento y que se encuentra en un estado deplorable. En 2017, por ejemplo, se tuvieron que apuntalar las vigas longitudinales que soportan la ampliación de la calzada desde que se crearon dos carriles por sentido. Poco antes se habían quitado unas losetas de piedra que amenazaban la seguridad de quienes pasaban por debajo. En diciembre del año pasado, después de un aguacero, cayeron varios cascotes de gran tamaño por desprendimientos. Este mismo año se han invertido 120.000 euros para afianzar las aletas laterales. Y por el camino, un reguero de intervenciones más o menos relevantes en un paso destinado al derribo, sea con soterramiento o con integración. El concejal de Urbanismo, Ignacio Zarandona, ha asegurado que no existe un riesgo estructural en el viaducto, por más que el PSOE insista en la necesidad de seguir adelante con el proyecto previsto para demolerlo cuanto antes. 20.000 vehículos pasan a diario por él.

Jesús Julio Carnero (PP) replicaba a las prisas de Óscar Puente, que prometió en campaña ejecutar el paso en este mandato, diciéndole que ha tenido ocho años para hacerlo. El 27 de mayo de 2022 se aprobó el pliego de condiciones, el 3 de febrero de 2023 se adjudicó la licitación y el 8 de marzo se firmó la redacción del proyecto, que está en marcha. Los cálculos apuntaban a que las obras, una vez recibido el proyecto y tras el proceso de contratación, podrían comenzar en el verano de 2024.

Otros pasos dependen de que termine antes la obra de la variante de mercancías. Son los de la calle Hípica (vehículos) y el peatonal de la plaza del Crepúsculo, que sustituye a la pasarela actual, y el que comunicará la avenida de Irún con la calle Boston.En estos casos está el proyecto redactado. Finiquitada la variante, necesitarían entre 4 y 6 meses de procedimiento administrativo para contratar las obras. El túnel peatonal entre las calles Unión yPelícano tiene contratada la redacción del proyecto.

Los extremos de la vía son los que concentran la mayor inacción, también por motivos lógicos. Son los que afectan a menos población, los de menor envergadura y los que provocan una menor transformación en el entorno. Desde Argales hacia el sur no se ha avanzado, más allá del soterramiento de las vías al paso por el Pinar de Antequera, que se realizó cuando todavía el soterramiento era el proyecto prioritario.

Otra de las grandes cuestiones pendientes es la reforma de la estación de tren y los pasos que unirán esa zona con el nuevo barrio al otro lado de la vía. Es otra de las transformaciones cruciales de la que ya había anteproyecto, con sus infografías y previsiones. Incluía un nuevo edificio sobre los andenes, una calle elevada para unir los dos lados de la vía y la ubicación de la nueva terminal de autobuses. Incluía un aparcamiento subterráneo de 675 plazas y había presupuesto aproximado para ella:70 millones de euros. A los que había que sumar los 28 millones que se estimaba que costaría la nueva terminal de buses, que tendría que esperar a que se urbanizara el inmenso solar que dejan los antiguos talleres de Renfe en Farnesio: más de 200.000 metros cuadrados.