Carnero insta a Adif, Renfe y la Junta a replantear el soterramiento

«Solicitamos una reunión entre los socios con carácter presencial al más alto nivel y de carácter ejecutivo para discutir la forma de reorientar y llevar a cabo este proyecto», pidió Jesús Julio Carnero, que aseguró contar «con el respaldo de la Junta de Castilla y León» a través de su consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones. Adif y Renfe, lógicamente, no se han pronunciado aún, explicó el alcalde.

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Tampoco ha respondido la ministra en funciones de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, a la carta que le envió Carnero el pasado 22 de junio, en la que reclamaba esa conversación pendiente sobre el futuro del paisaje ferroviario en Valladolid. «La única solución socialmente justa es el soterramiento», insistía el alcalde de Valladolid.

Llegado el momento, y una vez con los informes en la mano y tras la reunión que se ha solicitado, el Ayuntamiento se plantea denunciar el actual convenio, firmado en 2017, para forzar la reorientación de todo el proceso. Aunque eso, como admitió Carnero, llegará más adelante. Sobre las obras pendientes en esos trabajos de integración que se iniciaron con el anterior equipo de Gobierno, el alcalde advirtió de que el Ayuntamiento no apoyará «ninguna obra de integración que suponga incompatibilidad con el soterramiento».

La reunión de este lunes, telemática, era la primera del Consejo de Administración de la Sociedad Valladolid Alta Velocidad desde que Carnero tomó posesión del bastón de mando. Era una sesión obligada, entre otras cosas, para que asumiera el cargo de vicepresidente de la Sociedad, que le corresponde, y se repasaron los asuntos ordinarios correspondientes a las obras en marcha o recién terminadas en el entorno de Labradores y Panaderos.

En este tiempo se han ejecutado dos pasos que no figuran en el convenio firmado por la Sociedad Valladolid Alta Velocidad, los de Nochevieja con Andrómeda y la plaza Rafael Cano. Está rematado Panaderos y en marcha Labradores y el de Padre Claret. Y estaba a punto de licitarse el de Arco Ladrillo, que es precisamente el que se ha visto más afectado por este cambio de estrategia, ya que su ejecución sería «incompatible», como explicaba el alcalde, con un futuro soterramiento. El plan de integración contemplaba 17 conexiones entre ambos lados de la vía.

«No barajo que no nos pongamos de acuerdo, solo barajo una opción, que en Valladolid se soterre», respondía Carnero a la cuestión de si Adif y Renfe estarán de acuerdo en voltear de nuevo el mapa ferroviario en la ciudad para recuperar un soterramiento que tendría un coste mucho más elevado que las obras de integración. Por de pronto, es complicado que se pueda avanzar hasta que se conforme un nuevo Gobierno central y eche a andar la legislatura, más allá de las declaraciones de intenciones y las reuniones preliminares como la que el alcalde ha reclamado en este primer Consejo de Administración.