Valladolid

Auvasa comienza a instalar las cámaras que eliminarán los ángulos muertos en los buses eléctricos

Este problema se ha detectado en los autobuses que, con su diseño similar al de un tranvía, modernizaron la flota de Auvasa gracias a una inversión de 11,8 millones de euros aportados íntegramente por el Ayuntamiento. Desde la llegada de estos vehículos a Valladolid el 25 de enero de 2023, usuarios y conductores han podido valorar los pros y contras de estos autobuses, que han costado cerca de un millón de euros cada uno –se compraron once en total– y para los que ha habido que adaptar las instalaciones de la sociedad municipal Autobuses Urbanos de Valladolid.

Tras una inversión tan importante, el Ayuntamiento ha contactado con la empresa para que dé una solución al problema de los ángulos muertos, tal y como afirma el gerente de Auvasa. «Hemos estado esta semana de pruebas con un Irizar para ver cómo funcionan los dispositivos que nos ha proporcionado la empresa. Posiblemente, los ampliemos la semana que viene en dos autobuses más para extenderlos posteriormente al resto de los vehículos eléctricos», indica Cabanillas, quien reconoce que en Valladolid no se ha registrado ningún atropello relacionado con esta falta de visión y por esa razón inicialmente se descartó la incorporación de las cámaras. «Los conductores nos dijeron que el ángulo muerto no era para tanto, pero nosotros no nos quedamos tranquilos. Es verdad que no hemos tenido ningún accidente por esto, pero nos hemos empezado a mover con la empresa porque no queremos asumir ningún tipo de riesgo», apunta el gerente de la sociedad municipal.

Pese a que Cabanillas asegura que en Valladolid no se han registrado siniestros relacionados con este ángulo muerto, en otras ciudades sí que los ha habido. De hecho, a finales del año pasado se registraron en Zaragoza cuatro atropellos a peatones por parte de estos vehículos, accidentes que fueron el detonante de la convocatoria de una huelga por parte de los trabajadores del transporte público de la capital aragonesa. La huelga finalmente se desconvocó gracias a un acuerdo en el que se cerraba el problema mediante la instalación de unos dispositivos como los que llegan ahora a Valladolid.

Alfonso García es el conductor que se ha encargado de probar los nuevos dispositivos instalados en su autobús de la Línea 1. Alfonso lleva al volante de este modelo eléctrico desde que llegó a Valladolid hace casi un año y asegura que es notable la mejora en la seguridad aparejada a la instalación de las cámaras y los monitores. «Las impresiones son buenas. Los dispositivos minimizan al máximo los puntos muertos de ambos lados, especialmente el de la izquierda, que es el que daba más problemas. Vamos muy encajonados y el ángulo de visión se reduce mucho por los pilares. Así que la solución que han encontrado es montar una cámara en el soporte exterior e instalar un monitor dentro bastante grande que permite ver tanto el interior del vehículo cuando estas parado como la parte exterior del ángulo muerto», señala este experimentado conductor.

La solución adoptada es un acierto, según el conductor que ha probado las nuevas mejoras instaladas. No obstante, asegura que hay un aspecto que le preocupa en relación a estos nuevos dispositivos. «Adecuarse a esta forma de conducción requiere de un periodo de adaptación. Tienes que estar mirando al espejo, que es el que te permite ver los coches que te vienen por la izquierda, y también tienes que estar pendiente de los monitores que te ayudan a ver lo que hay en el ángulo muerto. Tienes que hacer un chequeo continuo de todo, aunque los monitores están ubicados estratégicamente para que todo sea lo más intuitivo posible», explica Alfonso García, quien cree que estos novedosos dispositivos no supondrán un problema para los conductores que suelan conducir estos autobuses, aunque desvela que los correturnos pueden encontrar dificultades de adaptación. «Los trabajadores que estén continuamente con estos vehículos no van a tener ningún problema hasta que se habitúen. Los que más lo van a notar van a ser los que no trabajan con estos autobuses y van puntualmente a hacer el servicio en línea con él. Si te cambian continuamente de coche, puede ser un problema», explica.

Alfonso García apunta que la forma de trabajar de Auvasa evitará en gran medida los problemas asociados a la adaptación a los nuevos dispositivos. «Cuando empezamos el año, el 80% de la plantilla tiene línea y coche asignado. Esto permite que el conductor se adapte mejor al vehículo porque no hay dos coches iguales», indica.

El sistema elegido por Auvasa es uno de los más completos del mercado y el gerente de la sociedad municipal recalca que se ha apostado por un sistema que reducirá al máximo los problemas que se puedan originar por los ángulos muertos existentes en los Irizar ieTRAM. «La empresa nos ha ofrecido el mejor sistema que tenían. En Zaragoza solamente han puesto en el ángulo izquierdo porque han considerado que el del derecho no es peligroso. Aquí los conductores nos han dicho lo mismo, pero hemos querido evitar el riesgo en los dos», concluye Cabanillas.