Los primeros avances de la investigación en torno al doble crimen machista del pasado lunes apuntan a que el autor acabó primero con la vida de la niña de ocho años y que después hizo lo propio con la madre de la pequeña en ... el domicilio familiar del Paseo de Zorrilla. Las dos víctimas, Paloma e India, murieron fruto de «múltiples heridas incisas» propinadas con un cuchillo de cocina de grandes dimensiones (en el escenario se encontraron dos con restos de sangre) y solo la progenitora presentaba pequeños cortes defensivos, según han informado este jueves fuentes del caso.
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El análisis forense, a la espera del informe definitivo, apunta a que el crimen pudo ocurrir horas antes de que el ahora detenido y presunto autor de los hechos, el novio de la mujer, David Maroto, de 45 años, alertara por teléfono a su hermana y a su cuñado de que había matado a Paloma. Dicha llamada se produjo a las 3:12 horas del lunes y todo parece indicar que el doble crimen ocurrió en la noche del domingo, en torno a la hora de la cena, cuando madre e hija aún no se habían acostado. Sea como fuere, las fuentes consultadas por este diario coinciden en señalar que el autor se ensañó con las víctimas.
El auto del juez, en el que ha decretado este jueves el ingreso en prisión del novio de la mujer (la pequeña no era hija del sospechoso) al entender que existen «indicios serios y racionales» contra él como autor del doble crimen, destaca precisamente la «especial brutalidad» de la agresión que sufrieron madre e hija. Los primeros datos del informe forense apuntan en este mismo sentido y, en especial, en el caso de la menor, de tan solo ocho años.
La investigación desvela que el autor, según todos los indicios, acometió en primer lugar a la niña cuando esta se encontraba ya en pijama y en el salón de la vivienda. Su cuerpo no presentaba signos de defensa. Sus «múltiples heridas», más de cinco, señalan que el autor pudo sujetarla por detrás y que le asestó una primera cuchillada mortal en el pecho para después, entre otras, clavarle de nuevo el mismo arma (un cuchillo de cocina de grandes dimensiones) en la cabeza. Tales heridas incisas fueron ejercidas con tal violencia que causaron fracturas óseas.
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Los resultados del análisis forense señalan que el autor acometió después a la madre de la niña en la cocina del domicilio y que pudo hacerlo desde una posición de superioridad dado que las «múltiples heridas» que presentaba la víctima (en mayor número incluso que la menor) pudieron ser propinadas de arriba hacia abajo. Muchos de estas heridas incisas y cortes fueron propinados hacia una zona vital como es el cuello. La víctima, al parecer, sí presentaba pequeños cortes, en apariencia, de carácter defensivo. Pudo, al menos, en un momento dado intentar frenar las acometidas del agresor interponiendo las manos y los brazos.
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Álvaro Muñoz
Los cuerpos de madre e hija tenían, en cualquier caso, numerosas heridas incisas y cortes. Tantas como para que el propio titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1, el juez Emilio Vega, haya destacado en su auto de ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, del detenido la «especial brutalidad» que sufrieron las víctimas.
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Los hechos, según todos los indicios, ocurrieron en la noche del domingo en el domicilio familiar de ella, situado en un quinto piso del número 66 del Paseo de Zorrilla (entre el paseo del Hospital Militar y la calle Puente Colgante). Y no fue hasta horas después, a las 3:12, ya del lunes, cuando el ahora encarcelado, que este jueves se ha negado a declarar ante el juez (tampoco ha llegado a ser interrogado por los policías al haber permanecido ingresado en el Clínico por los cortes leves que se autoinfligió), llamó al móvil de su hermana y habló con el cuñado para confesarle que había matado a su novia.
Los agentes acudieron posteriormente al domicilio del Paseo de Zorrilla y hallaron el cuerpo de la niña en el sofá del salón y el de la madre recostado de medio lado en la cocina de la vivienda. Él, a su vez, fue localizado y arrestado en el piso y presentaba cortes leves de arma blanca. Posteriormente, al parecer, habría alegado que no recuerda lo ocurrido, sin que haya ratificado este extremo en el juzgado, donde se ha negado a declarar.
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El juez, en su auto, considera que «existen indicios serios y racionales de que el detenido ha participado en los hechos a título de autor» y ordena su ingreso en prisión en calidad de investigado, por ahora, por dos delitos de homicidio doloso. Esto no implica que la causa, y a ello apuntan los resultados del análisis forense, acabe determinando que los hechos sean constitutivos de dos delitos de asesinato. Tanto es así que el propio titular del juzgado ya advierte de que existe la posibilidad de aplicar en esta causa la pena de prisión permanente revisable.
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