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«¡Es un paso de cebra y tenéis que parar...!», gritaba este martes al filo del mediodía un viandante mientras lidiaba con un conductor que invadía el paso de cebra del más que transitado cruce de las calles Duque de la Victoria y Ferrari, un ... punto que perdió los semáforos que lo regulaban hace más de un mes y que se ha convertido desde entonces en un más que evidente punto negro para la seguridad de los peatones a pesar de la reciente colocación, durante las pasadas Navidades, de dos señales verticales ordinarias que advierten de la presencia del doble paso antes y después de la intersección con Ferrari.
«Suerte que no ha pasado nada, pero desde que quitaron los semáforos (antes del puente de la Constitución) no vemos más que frenazos», coinciden en señalar el quiosquero y la dependienta de la tienda del golosina del tramo peatonal de la calle Ferrari, del lado que mira a Fuente Dorada, testigos indirectos de cómo el riesgo para los peatones se ha multiplicado por la ausencia de semáforos en uno de los cruces más transitados de la capital. «Lo advertimos desde el primer día y pedimos a los policías que se colocaran, al menos, señales luminosas, pero solo colocaron señales verticales hace un par de semanas», recuerdan los testigos.
Y no es una cuestión de percepción. Basta con permanecer unos minutos ante el paso, especialmente el situado antes del cruce de Ferrari, para observar los conflictos en forma de frenazos de conductores, pitidos, algún que otro improperio (por parte de los viandantes) y coches que pasan sin parar o que acaban detenidos en mitad del paso de peatones invandiendo su espacio. «Cruzar aquí es un auténtico peligro», han coincidido en señalar muchos de los peatones que esta mañana esperaban pacientemente a que algún vehículo se detuviera.
La reciente colocación de un aparcabicis del nuevo sistema de alquiler de bicicletas en el tramo medio de Duque de la Victoria ha eliminado tres de las últimas seis plazas de aparcamiento de zona azul que conservaba la vía. Así que en la calle solo se mantienen tres plazas de aparcamiento ordinario, tres más para personas con discapacidad y dos hileras de estacionamiento exclusivos para motos. Eso y dos amplios tramos reservados para carga y descarga, una parada de taxis y otra de autobuses.
Todo ello en una calle que tiene limitada la velocidad a treinta kilómetros por hora, al ser un ciclocarril de uso compartido de vehículos y ciclistas, y que conserva el resto de pasos de peatones (en la entrada desde la plaza de España, los cruces con Montero Calvo y Regalado y la desembocadura en la plaza del Ochavo) regulados por semáforos. Solo se han retirado las cabezas del que regulaba el paso peatonal previo al cruce con Ferrari, el del cruce hacia la Plaza Mayor y los dos del paso situado a continuación de la intersección.
En el lugar de los semáforos se han colocado dos señales verticales ordinarias de paso de cebra, que conserva en el primero de ellos la línea de detención anticipada con espacio por delante para motos y bicicletas. Cabe recordar que no respetar la prioridad de los viandantes conlleva una multa de 200 euros y la pérdida de cuatro puntos del carné (la sanción, salvo por los puntos, es la misma para ciclistas o usuarios de patinetes).
La decisión de retirar los postes semafóricos de este cruce se adoptó el verano pasado, cuando el Ayuntamiento acordó inicialmente apagar los discos rojo y verde del cruce de Duque de la Victoria con Ferrari debido a la caída de la intensidad del tráfico en esta vía con visos seculares (sin decisión al respecto) de sumarse algún día al itinerario peatonal del centro y la imposibilidad de circular hacia la Plaza Mayor para los vehículos particulares. Entonces, con el fin de evitar esperas innecesarias a vehículos y peatones, se dejó solo el disco en ámbar. «Era casi peor cuando estaba en ámbar porque los conductores no sabían si parar o no», recuerdan los comerciantes.
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Después, en torno a la semana del puente de la Constitución, se retiraron definitivamente las cabezas de los semáforos, de los que ahora solo conservan los postes, y posteriormente se colocaron dos señales verticales de paso de cebra. Esta vía, pese a la evidente caída de la circulación, soporta aún un notable paso de vehículos, sobre todo, vinculados a los espacios de carga y descarga de los comercios. En la mañana de este martes, entre las 11:00 y las 12:00 horas, han sido 239 los vehículos que han pasado por este cruce, más del cuarenta por ciento de ellos furgonetas o camionetas de reparto, además de algún autobús.
Y en este mismo periodo se han producido en torno a una treintena de conflictos con conductores que no han parado ante el primer paso (y en menor medida ante el segundo) pese a la presencia de peatones esperando o cruzando ya por el paso. «No lo respeta nadie y cualquier día vamos a tener aquí una desgracia», concluye el quiosquero de la calle Ferrari.
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