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Los acusados entran en la sala del jurado en una de las sesiones del juicio. EFE-Pool

Prisión permanente para el asesino de Sara, la primera en la región

Para la madre de la niña las penas por no haber protegido a su hija suman casi 28 años de prisión

M. J. Pascual

Valladolid

Miércoles, 5 de junio 2019, 12:49

«La autoría material de Roberto en el delito de asesinato no plantea ninguna duda», declara la sentencia. Ayer no sorprendió, a tenor del aplastante veredicto del jurado, la condena a Roberto Hernández a la prisión permanente revisable, la primera que impone un tribunal de Castilla y León. Se considera probado que la asesinó, tras una escalada de lesiones cada vez más graves que la niña Sara presentaba desde que, mes y medio antes, el exmecánico de helicópteros entrara en la vida de Davinia Muñoz y sus hijas. Aquella mañana del 2 de agosto de 2017, en el piso de Cardenal Torquemada, del barrio vallisoletano de La Rondilla, el acusado «después de penetrar vaginalmente a la niña, la golpeó de forma tan brutal y salvaje, siendo la víctima una niña de 4 años, que quedó inconsciente y falleció en la mañana del día siguiente», refieren los fundamentos de derecho de la sentencia.

Brutalidad

Sara murió por el traumatismo craneoencefálico. «Las lesiones descritas por los médicos forenses describen una conducta de tanta violencia que resulta difícil de entender», subraya el magistrado que firma la sentencia, Feliciano Trebolle, que presidió el tribunal del jurado. No duda en calificar las fotografías que acompañaron los informes de los médicos forenses de «tremendamente llamativas y explicativas de la brutalidad empleada por Roberto», unas pruebas que evidencian «el dolo de matar, por la dirección de los golpes, la zona sobre la que recayeron, la indefensión total de la víctima y el desprecio total del acusado hacia la vida de una niña que recientemente había cumplido cuatro años».

Hubo alevosía y ensañamiento: el reo buscó asegurar la muerte de la pequeña, indefensa, pero además le ocasionó «múltiples heridas innecesarias para matar, que aumentaron deliberadamente y de forma inhumana el dolor de la niña», como las uñas arrancadas en un dedo de cada pie. El hecho de que la niña asesinada tuviera menos de 16 años y que fuera víctima, además, de agresión sexual, lleva «obligatoriamente» a Roberto Hernández, según el tipo agravado del artículo 140 del Código Penal, a la pena de prisión permanente revisable.

Odio

El fallo impone además al exnovio de la madre de Sara otros 22 años por las lesiones, el maltrato continuado y la violación de la niña. Todos estos delitos, se subraya en el fallo, están impregnados del odio que profesa a los rumanos, otra circunstancia agravante.

Que Davinia Muñoz no haya sido condenada como su exnovio a la prisión permanente revisable no significa que la condena impuesta sea menos ejemplarizante: las penas por no haber protegido a su hija suman casi 28 años de prisión. El magistrado Trebolle se detiene especialmente en delimitar el papel decisivo que jugó la madre en el trágico final de la pequeña de 4 años. Davinia, militar de profesión, obvió su obligación de garantizar la seguridad de Sara, desoyó todas las voces que le advertían del maltrato que estaba sufriendo su hija menor (parientes, médicos, policías, trabajadores sociales) y mantuvo la convivencia con el hombre a quien hacía apenas mes y medio que había conocido en un chat. Para el sentenciador, es culpable de «comisión por omisión» de todos los delitos, excepto de la agresión sexual y el abandono de menores. «Davinia, al dejar a Sara al cuidado de Roberto, tras las lesiones que había sufrido los días 23 de junio, 11, 23 y 28 de julio (en la sien), aceptó la posibilidad de que pudiera causarle lesiones de tanta gravedad que le produjeran su muerte, cuando debió adoptar las medidas de precaución necesarias para evitar que ello sucediese»

Que el jurado exonerara a la acusada del delito de violación la alejó de la prisión permanente revisable y así lo entendió la fiscal, que reconsideró su petición y decidió solicitar una pena por el asesinato de la niña de 25 años, a los que suma dos años y once meses por los delitos de lesiones y maltrato habitual. Se le aplican las circunstancias atenuantes de obcecación y confesión. «Se pone de relieve el alto grado de dependencia que tenía hacia Roberto. Para ella era muy importante en su vida que prosperase la relación que había iniciado. Pese a que quería a su hija, dio prioridad a su convivencia con él», señala.

LAS CONDENAS

Roberto Hernández

  • Prisión permanente revisable como autor de un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento.

  • 22 años de prisión por cuatro delitos de maltrato a persona especialmente vulnerable, un delito de maltrato habitual y un delito de agresión sexual a menor de 16 de años.

  • Agravantes. En todos los delitos concurre el agravante de odio por el origen rumano de la niña.

Davinia Muñoz

  • 25 años de prisión como autora por comisión por omisión del delito de asesinato. Concurre la alevosía pero no el ensañamiento.

  • Dos años y 11 meses como autora por comisión por omisión de tres delitos de maltrato con lesiones y un delito de maltrato habitual.

  • Atenuantes. En todos los delitos se le han aplicado las atenuantes de obcecación y confesión que fueron apreciadas por el Jurado.

Recursos

La condena impuesta a Davinia está en sintonía con la calificación final del ministerio público. Por el contrario, las acusaciones populares, representadas por las Asociaciones Clara Campoamor y Víctimas de Agresiones Sexuales y Malos Tratos (Adavasymt), mantuvieron para la madre de la pequeña la petición de la permanente revisable y el delito de abandono. De cualquier forma, se felicitan por el fallo. «Si lo que se quería es hacer justicia a Sara, con esta sentencia se ha hecho», se felicitaba el letrado de Clara Campoamor, Luis Antonio Calvo. Este abogado adelantó que no van a recurrir la sentencia de la Audiencia «porque es una cuestión de matiz: la pena que se le ha impuesto a Davinia es más que suficiente para sancionar su conducta y creemos que ella no supone un riesgo para la sociedad».

Quien ya anunció, tras oír el veredicto del jurado, que iba a recurrir la sentencia, fue el letrado defensor de Davinia Hernández. De ser así, y si también, como es previsible, recurre el defensor de Roberto Hernández, tendrá que resolver las apelaciones el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León. El caso Sara todavía no está cerrado en la vía judicial, aunque desde hoy ha empezado a sentar jurisprudencia.

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