

Secciones
Servicios
Destacamos
La visita de Eva María Duarte de Perón a España en 1947 fue el no va más. En plena dictadura, el carisma y la frescura que la primera dama argentina desplegó por la piel de toro supuso por unos días un revulsivo para un país muerto de hambre, atado de pies y manos por la represión franquista y aislado internacionalmente. España fue la primera escala de un viaje que duró 79 días y que llevó a Evita a Italia, Suiza, Francia, Portugal, Mónaco y el Vaticano en lo que después se denominaría como 'La Gira del Arcoíris'. En uno de los actos centrales del programa diseñado por Franco, fue agasajada con cincuenta trajes regionales, uno por cada provincia de España. El de Valladolid era negro, sobrio y elegante. Un conjunto que «no responde a lo típico de la provincia ni de la ciudad». Abro hilo:
↓ En 1947, con 28 años, Eva Perón fue la cara de la ayuda que el país suramericano envió a una España acuciada por la pobreza y bloqueada internacionalmente. En gratitud por el préstamo de 350 millones de pesos a muy bajo interés para la provisión de miles de toneladas de trigo y maíz, carne congelada, legumbres y aceite, el gobierno de Francisco Franco obsequió a la segunda esposa del tres veces presidente argentino Juan Domingo Perón con medio centenar de trajes típicos, uno por cada una de las provincias que entonces tenía el país.
↓ El regalo fue perfecto porque Evita era muy aficionada a la moda. Tanto, que para la gira por Europa fletaron un avión únicamente para transportar las cuarenta y seis maletas y baúles que formaban el equipaje de la señora de Perón y su séquito, con un peso total de 2.300 kilogramos. Durante su periplo por España lució diferentes modelos diseñados por casas de alta costura como Bernarda Meneses o Hattie Carnegie. Eva Perón fue además una de las primeras clientas ilustres de Dior. Para la intensa agenda por España, fue vestida de corto, con traje de chaqueta y sombreros imposibles. En las cenas de gala lució vestidos largos con tocados, joyas y abrigos de piel. A pesar de que era junio.
↓ Lo que iba a ser un viaje de dos semanas por Europa se convirtió en una gira de cerca de tres meses. La primera dama argentina fue recibida el 8 de junio de 1947 por Franco y por una multitud que se agolpó en las calles de la capital. Al día siguiente, cerca de medio millón de personas se dieron cita en la Plaza de Oriente para poder ver en persona Evita, que fue condecorada en el Palacio Real con la gran Cruz de Isabel la Católica. Los edificios estaban engalanados con banderas de ambos países. «¡Franco, Perón, un solo corazón!», coreaba la gente. Pero si hubo un hito en la visita a España de la esposa de Juan Domingo Perón, ese fue el homenaje sin precedentes que se celebró el día 10 de junio en la Plaza Mayor de Madrid. Esa noche, representantes de las cincuenta provincias españolas entregaron a Evita una colección de trajes regionales femeninos confeccionados a mano especialmente para la ilustre visitante. Todos a medida.
↓ «Es una colección única en el mundo. Cada uno de los trajes tiene bordados, texturas, diseños y tramas que representan a cada una de las provincias españolas«, explica Patricia Nobilia, directora del Área de Investigación y Exposiciones del Museo de Arte Español Enrique Larreta, donde hoy se encuentran los trajes. La colección incluye además complementos como sombreros, zapatos, ropa interior y joyas, por lo que en total hay cerca de 800 piezas. El conjunto de Valladolid destaca por «la riqueza de sus sedas, bordados y terciopelos de color negro, que contrastan con los encajes blancos». «La mantilla de casco es un accesorio elegante realizado en terciopelo con blonda negros. También el jubón es de terciopelo labrado, con botones esféricos, cuello y puños de encaje blanco. La falda es de seda natural y terciopelo negro, lleva guardas muy trabajadas con motivos florales y geométricos, al igual que el mandil. Las medias son blancas de algodón bordadas y los zapatos son de cuero negro», detalla Nobilia en su libro 'Un regalo para Evita. Trajes, cultura y política'.
↓ El catálogo 'Trajes de España', editado un año después de la visita por el Museo Nacional de Arte Decorativo, hace una curiosa descripción del mismo: «El traje de Valladolid está entre León y Castilla, como la psicología de los Ansúrez, fundadores de la ciudad, castellanos ya muy leonizados [...] Un traje sobrio, como el de los Austrias del siglo XVII, elegante y señorial, como cumple y corresponde a la región cuya ciudad que le da nombre, fué, durante seis años capital de España. Algo de cortesano les ha quedado. 'Quedó al lugar un dulce olor a Corte -como de estancia donde hubiera guantes-', ha dicho Lope de Vega. Así viste las nobles mozas de Valladolid. La región donde mejor se habla nuestro idioma».
↓ Es a todas luces un atuendo con un inmenso valor estético, pero que no se corresponde con el traje tradicional de Valladolid. El folklorista y etnógrafo Joaquín Díaz explica que el conjunto que Valladolid regala a Eva Perón «no responde a lo típico de la provincia, ni de la ciudad». «Las características del traje son más de un traje de fiesta que podría haber diseñado Balenciaga, que de un traje típico popular», asegura Joaquín Díaz, que destaca la mantilla como la parte más llamativa del conjunto. «La saya y el jubón –añade– no son de estameña o de lana, son de terciopelo, lo cual también es síntoma de un traje rico y no de un traje popular. Y se confecciona en negro, que tampoco es el color típico, es un color aristocrático». «Las sayas o los rodaos de Valladolid solían ser rojos, que era el color del tinte que daba la rubia. Precisamente, el barrio vallisoletano se llama La Rubia por la abundancia de esa planta que se daba en esa zona desde el siglo XVI», aclara Díaz.
Noticias relacionadas
↓ Las otras ocho provincias de Castilla y León también hicieron entrega de su traje regional a Evita. De todos ellos, destaca el de Zamora, uno de los conjuntos más singulares y vistosos de la colección, confeccionado puntada a puntada por las mujeres de Carbajales de Alba. Desde el siglo XVI, en la villa zamorana se han creado auténticas joyas textiles gracias al bordado carbajalino, caracterizado por sus virguerías de motivos florales.
↓ Todos los trajes le fueron entregados en cestas de mimbre diseñadas para su traslado a Argentina. Después del regreso de Evita a Buenos Aires en agosto de 1947, fueron exhibidos por primera vez en el capitalino Museo de Arte Decorativo. Tras el derrocamiento de Perón en 1955, los vestidos fueron a parar al Banco Municipal con fines de remate, pero nunca llegaron a ser liquidados, hasta que en 1967, por un decreto, la colección fue transferida al Museo Larreta de Buenos Aires. Por el clima antiperonista, los trajes quedaron ocultos en el sótano del museo hasta que en 1973, con el retorno de Perón a Argentina tras su exilio en España, salieron a la luz por un breve tiempo, hasta el golpe militar de 1976. Fue en 1985, tras el regreso de la democracia al país, la colección dejó atrás la oscuridad del depósito.
↓ A lo largo de los 18 días que la primera dama argentina permaneció en España participó en decenas de actos, pero la celebración más grandilocuente estuvo reservada para la noche del martes 10 de junio de 1947 cuando, en el marco de un festival de Coros y Danzas, representantes de cada una de las provincias españolas desfilaron en la Plaza Mayor de Madrid obsequiándola con un traje típico confeccionado a su medida. Eva llegó al acto justa de tiempo, hizo su entrada justo a las doce. Era una noche de verano, pero la temperatura había sido baja, quizá ese fue el motivo que justificó el tapado de piel de marta que Evita lució aquella velada con un colgante de brillantes y rubíes. Bajo el abrigo llevaba un vestido blanco, el mismo atuendo con el que había posado para el primer retrato oficial como primera dama junto a su marido cuando éste asumió la presidencia en 1946.
↓ Recuerda Patricia Nobilia que «la fiesta se extendió por casi tres horas». «Las jóvenes delegadas se acercaban a Evita sosteniendo el canasto con el traje de sus provincias, depositándolo a los pies de la homenajeada. También le iban entregando uno a uno los estuches con las joyas mientras que Lillian Lagomarsino de Guardo [empresaria argentina y confidente de Eva] y el ministro de Relaciones Exteriores, Alberto Martín-Artajo Álvarez, ayudaban a recibirlos. Al terminar la ceremonia, Eva emocionada saludó a la multitud y el público le ofreció una larga y fervorosa ovación».
↓ Al día siguiente, el 11 de junio, la esposa de Perón visitó tres localidades de Castilla y León: Ávila, Segovia y Medina del Campo. A la villa vallisoletana llegó a las cuatro menos cuarto de la tarde y estuvo poco más de dos horas. Evita llegó al castillo de La Mota acompañada de la mujer del Caudillo. Carmen Polo se convirtió en la sombra de la primera dama argentina durante toda su estancia en España, a pesar de las diferencias que surgieron entre ambas desde el momento que Eva pisó suelo español y se instaló en El Pardo junto a la familia Franco. Las malas lenguas afirman que, cuando Evita partió rumbo a Roma, la asturiana le espetó al su esposo: «Se acabó, Paco. Nunca más. ¿Me oyes? Nunca más permitiré que metas en mi casa a alguien que no pertenezca a la familia. Por muy importante que sea la visita».
↓ Rencillas a parte, no hay ningún documento que pruebe que alguna vez Evita utilizó algunos de los trajes, pero sí el testimonio del diseñador Paco Jamandreu, amigo de la primera dama, sobre el valor especial que la abanderada de los descamisados daba a este vestuario. Él recuerda en un libro que cuando ella estuvo tan enferma, ya en 1952, solía bajar al sótano de la residencia presidencial donde estaban guardados y los miraba y los tocaba «tal vez recordando aquellos días felices de la gira por España». Solo cinco años después de la visita a España, Eva Perón, enferma de un cáncer de útero, murió en Buenos Aires. Tenía 33 años.
El Hilo recuerda el próximo sábado la curiosa historia de la mujer soldado de Valladolid.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Cristina Cándido y Álex Sánchez
Antonio G. Encinas | Valladolid y Francisco González
Lucía Palacios | Madrid
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.