Valladolid

La antigua sede de Madison en Parquesol acogerá un alojamiento con 55 estudios

Los promotores del proyecto, el matrimonio formado por Pablo Pons y Pilar López, cuentan ya con experiencia en el sector. Ambos son los propietarios de otros dos alojamientos en el municipio de Zaratán -Polo estudios y Polorooms, abiertos en 2022 y 2024, respectivamente- y ahora dan el salto a la capital para implantar un modelo que les está funcionando en la localidad vecina.

«Estamos registrando una ocupación media del 80%», confirma él, quien subraya que están atendiendo tanto la corta estancia para turismo o asistencia a eventos deportivos o culturales, como la media, más centrada en empresas foráneas que les eligen para dar cobertura a sus trabajadores en periodos más prolongados mientras desarrollan un proyecto. En ambos establecimientos, cuentan también con sendas cafeterías, La Pepa y Divino Verdejo, abiertas al público en general, pero que también dan servicio a los hospedados.

Entre las razones de su desembarco en Parquesol está el potencial que han visto al barrio, ahora con una oferta más escasa desde que el Tryp Sofía, gestionado en su última etapa por la cadena Meliá, cerrara sus puertas a finales de 2021. Es una zona bien comunicada y tras la experiencia con sus otros dos negocios han comprobado que la A-62 es una vía de tránsito potente para llenar habitaciones. «Muchos extranjeros tienen que hacer viajes largos de norte y a sur del país, Valladolid queda a medio camino y tanto Zaratán como Parquesol tienen buenos accesos desde la Autovía de Castilla», explican.

Polotel será el nombre comercial de este establecimiento que distribuirá sus 55 estancias en siete de las ocho plantas sobre rasante de este inmueble de 2.300 metros cuadrados, que forma parte del conjunto residencial El Dorado. Además, en sus dos sótanos, cuenta con una treintena de plazas de aparcamiento que se destinarán al uso de los clientes. Respecto al ático, que tiene una gran mirador acristalado con vistas al centro de la ciudad al dar al norte, se destinará a una zona común de descanso para los huéspedes, donde se instalarán máquinas de 'vending', con bebidas frías y calientes, así como alimentos refrigerados.

Y es que la fórmula de este hospedaje presenta una características diferentes. Así, el establecimiento no cuenta con una recepción al uso, sino que se trata de un sistema virtual, aunque con la asistencia de una persona, no de una máquina. En el portal del inmueble hay un panel. Se llama y contesta un empleado desde un call-center con el que trabajan. Tras aportar los datos de la reserva, se da acceso al interior y allí hay un espacio con una pantalla donde se formaliza la estancia y el pago de forma personal con un recepcionista que atiende al usuario telemáticamente, pero en directo por videollamada. Es decir, ambos se ven las caras y se pueden comunicar. Esta fórmula 24 horas permite a los clientes el contacto continuo con el personal para resolver cualquier necesidad o incidencia.

La obra se encuentra ahora a un 50% de ejecución. Explica Pablo Pons que al tratarse de un edificio que acogía las oficinas de un centro de llamadas, con plantas prácticamente diáfanas, el desarrollo del tajo está siendo menos complejo. Un total de quince personas trabajan en esta transformación del inmueble que ellos mismos desarrollan de manera directa. La conversión afectará únicamente al interior. La envolvente matendrá su aspecto actual, con el añadido del cartel comercial que se instalará en la parte superior del bloque. Estas oficinas estaban vacías desde que en el verano de 2019 Madison trasladó el grueso de la actividad al que fue el centro de ocio Parquesol Plaza, un espacio de casi 13.000 metros cuadrados que adquirió un año antes al fondo de inversión Dospuntos.

Los estudios que se están habilitando tienen unas superficies que oscilan entre los 25 y los 30 metros cuadrados. En este espacio, se reparte la zona de descanso, un cuarto de baño y una pequeña cocina, con nevera, microondas, armarios para el menaje y una vitrocerámica portátil. «Muchos de los clientes que tenemos hacen vida fuera, porque aprovechan para visitar cosas y disfrutar de la gastronomía de Valladolid, pero hay otros, por ejemplo los que viajan con niños, que prefieren hacer alguna de las tres comidas en el estudio», apunta Pilar López.

Los precios por noche si situarán entre los 50 y los 60 euros para los días de diario y de 70 a 100 los fines de semana, aunque estos podrían incrementarse en el caso de que la demanda se dispare por la celebración de algún acontecimiento, como ocurre habitualmente con todos los alojamientos que dan servicio a la ciudad cuando se celebran citas como Pingüinos, la Semana Santa o la Seminci.

El de Polotel, que estará dirigido por David Camacho, gerente también de los negocios de Zaratán, será el establecimiento con mayor número plazas de Parquesol después del cierre en diciembre de 2021 del Tryp Sofía tras ser adquirido por el Grupo Parrado, junto con el Recoletos y los apartamentos Génova. Aquel hotel de tres estrellas, que ahora está en plenas obras para su conversión en viviendas, acogió 58 estancias para huéspedes, 38 de ellas con distribución de apartamento.

Actualmente el barrio cuenta con dos establecimientos de hospedaje. En el número 51 de la calle Manuel Azaña, se ubica el Washington Suites & Hotel, que ofrece 16 estancias con cocina equipada, salón y dormitorio. Dentro de la operación de compra del Tryp, Parrado vendió al Grupo Oliveira los apartamentos Génova. Esta familia, propietaria del Hotel Jardín de la Abadía (Arroyo de la Encomienda), el Hotel La Colina (Geria) y el Leopoldo Cano Center (pisos turísticos en el centro de la capital vallisoletana), entre otros negocios, explota los 12 pisos para hospedaje situados en la calle Amadeo Arias y que tienen el nombre comercial de Go Génova.

El proyecto ya en marcha de Pablo Pons y Pilar López en la antigua sede de Madison se suma a otras iniciativas hoteleras y de alojamiento que se están desarrollando en la ciudad en el último año. Una de las más llamativas por su ubicación y categoría es la que se está llevando a cabo en el edificio de Constitución en el que se ubica la nueva macrotienda de Zara. Sobre este comercio, la cadena Eurostars abrirá antes del próximo verano un alojamiento de cinco estrellas, el primero de la ciudad, que ocupará de la tercera a la sexta planta del inmueble y que contará con gimnasio, spa, restaurante y una terraza en la azotea con piscina y solárium. Muy cerca, el Hotel Roma, propiedad de la familia Lasa, ultima el proyecto para demoler el actual inmueble y levantar uno de nueva planta, más moderno y con mejores prestaciones.

A esto se suma la conversión de dos antiguos edificios en pleno centro que estaban vacíos, uno en la calle Platerías con vuelta a la plaza del Ochavo (donde nació el patrón de la ciudad San Pedro Regalado) y otro en el número 38 de Claudio Moyano, para acoger apartamentos turísticos. Ambos proyectos, que ofrecerán un total de 28 pisos para el alojamiento temporal, están promovidos por el empresario segoviano Raúl Martín, propietario del complejo de turismo rural Las Villas de Fuentidueña.