Valladolid

El andamio menguante de Zorrilla vuelve a crecer: «Casi no podemos pasar»

«El viernes nos dijeron que redujéramos el espacio y así lo hemos hecho metiendo las vallas todo lo posible para dejar un tramo de la acera liberada por el exterior», justificaban este martes los operarios que trabajan en una reforma del inmueble del número 4 del Paseo de Zorrilla, que hace esquina con la calle San Ildefonso, antes de confirmar que «los técnicos municipales nos han dicho que todo está correcto».

El problema, en cualquier caso, no es solo la base del andamio fijo que sube hacia la fachada, que apenas ocupa dos metros del ancho de la acera y que deja un estrecho paso en forma de «desfiladero» de otros dos metros escasos para el paso peatonal, sino las vallas que colocan puntualmente por el otro lado de la acera, hacia la calzada, para colocar pegado a la estructura metálica los contenedores de recogida de escombros. Estas últimas ocupan entre algo más de tres metros y dejan un estrecho paso de menos de dos metros liberado por el exterior de la acera, por el que resulta difícil transitar al estar ocupado justo antes por las mesas de la terraza de la cafetería Sesentta.

«Casi no podemos pasar y, aunque el espacio de los contenedores lo liberan cuando no están trabajando, durante las horas de más tránsito tienes que pasar por el hueco de la fachada», lamentan los vecinos antes de preguntarse «por qué no han colocado los contenedores de obra fuera de la acera en el espacio para coches -hay un carga y descarga unos pocos metros más adelante-».

El caso es que el andamio menguante, que durante el pasado fin de semana permaneció recogido ocupando solo dos de los nueve metros de la acera, ha vuelto a crecer desde el lunes en horario laboral y cercena de nuevo el paso de los viandantes. Prácticamente la totalidad de los peatones, en este sentido, usan el «desfiladero», como lo definió el concejal del PSOE Luis Vélez, y casi nadie rodea las vallas para pasar por el exterior.

Las señales de obra, eso sí, indican a los peatones que pueden pasar por los dos lados rodeando las vallas y la base del andamio. Pero casi nadie lo hace. El concejal de Movilidad, Alberto Gutiérrez, ya reconoció que inicialmente habían ocupado más espacio del debido -al llegar el vallado hasta el borde exterior de la acera- y que esta situación se había corregido después de una inspección policial.

«Nos dijeron que pegáramos más las vallas al borde de los alcorques de los árboles y así lo hemos hecho, todo está en regla y supervisado por el Ayuntamiento», reiteran los operarios.

De manera que los peatones, al menos, durante el horario laboral, tendrán que pasar en adelante por el estrecho paso habilitado entre la base del andamios y la fachada del número 4 del Paseo de Zorrilla.