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La Ciudad de la Justicia, un proyecto con dos décadas de planes incumplidosEl último aplazamiento, el enésimo, quizá tuvo un poco de infortunio. Porque el calendario electoral cayó de lleno en el momento en el que el Gobierno esperaba que el Ayuntamiento cerrara la cesión de los terrenos. Y claro. Urnas municipales, luego cambio de Gobierno, luego ... asientas los equipos, llegan las europeas... «Llevamos esperando desde mayo del año pasado y volvimos a pedirlo el 14 de febrero», se quejaba el subdelegado del Gobierno, Jacinto Canales. El trámite se aprobó definitivamente en el Pleno municipal en junio -¡por unanimidad!- y este lunes, después de 18 años, ha llegado el gran anuncio. Se licita la redacción del proyecto del futuro Campus o Ciudad de la Justicia, que lo del bautizo también ha sufrido variaciones en este tiempo.
Que entre la licitación y la redacción serán unos 36 meses de tajo invisible para el ciudadano. Tres años que sitúan la primera piedra o la primera zanja, si todo va bien, allá por el primer trimestre de 2028. Para entonces quedarán aún quizá otros dos-tres años de obras (licitación incluida) para que el primer juez ocupe su lugar en la sala de vistas.
El primero que habló en esos términos de «ciudad de la justicia», apenas seis años después de inaugurarse los juzgados de Angustias, que nacieron pequeños, fue el recién proclamado decano de los jueces vallisoletanos, entonces, José Alberto Rodríguez Carretero. Salvo que la hemeroteca de El Norte falle, el 18 de diciembre de 2001 expresó «el sentir general de buena parte de los magistrados y funcionarios de la ciudad» al pedir un nuevo edificio «que se contemple como una 'ciudad de la Justicia'».
Así pues, van ya 23 años desde aquella primera visión. Un poco más tarde fue Feliciano Trebolle, presidente de la Audiencia Provincial, el que se enroló en la batalla por la Ciudad de la Justicia. En la apertura del curso judicial de 2004 recordó que había que retomar esa idea de concentrar las sedes judiciales. Poco después irrumpió en escena la Diputación con su propuesta de situar el edificio en una parcela junto a la del nuevo edificio de las Cortes de Castilla y León, entonces en construcción, en la avenida de Salamanca. Al alcalde, Javier León de la Riva, no le convenció la propuesta. «Estaría encantado con que se estableciera en la zona este y no en la zona sur, Parquesol o Villa del Prado, donde los terrenos están copados», decía entonces.
Con José Luis Rodríguez Zapatero en la Presidencia del Gobierno, el tema se trató mucho pero se presupuestó poco. «El Gobierno central olvida la Autovía del Duero y la Ciudad de la Justicia», titulaba El Norte en 2008. Comenzó a hablarse, entonces, del colegio El Salvador como posible sede. Se había vendido y cerrado en el año 2003 y en 2005 se intentó construir allí un hotel de cinco estrellas con 154 habitaciones. Empresa y Ayuntamiento no alcanzan un acuerdo para la recalificación de los terrenos. Y en junio de 2006 fue, por primera vez, cuando apareció el antiguo colegio como ubicación ideal.
El Ministerio estaba dispuesto entonces a poner 12 millones. Los dueños del colegio, que pretendían obtener el uso hotelero, lo tasaban en 30 millones. En junio de 2007, el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, consideraba que el precio era «irracional». Otro ministro más osado, Francisco Caamaño, llegó a poner fecha a la inauguración de la Ciudad de la Justicia en el año 2010: «Será en 2015, aunque con un año de retraso». Optimismo a raudales acompañado por una dotación presupuestaria, esta vez sí, que parecía lanzada, 27,7 millones de euros. Más del doble de lo que se preveía en 2009, por cierto.
Para entonces el solar ya no era el de San Pablo. Los técnicos ministeriales, dado que El Salvador se pasaba de presupuesto, estudiaron otras ubicaciones. La Ciudad de la Justicia se ubicaría en el barrio de Girón. Incluso llegó a haber un proyecto, del que se encargó el arquitecto Primitivo González, que hablaba de una serie de edificios construidos al modo de «una regleta», para poder funcionar casi a medida que se levantaban en función de las necesidades de Justicia y del presupuesto.
San Pablo volvió por sus fueros en 2015. Con el cambio en el Gobierno Municipal, PSOE y VTLP, Óscar Puente y Manuel Saravia, defendieron que sacar las sedes judiciales del centro no era buena idea. Y apostaron por recuperar la antigua sede con una jugada a varias bandas con los terrenos del Zambrana, el aparcamiento del viejo Río Hortega y El Salvador. También los recién llegados a la Alcaldía pecaban de optimismo. «Confiamos en que el procedimiento administrativo se haya solucionado en poco más de un año, 14 meses, y que, por lo tanto, si hay asignación presupuestaria del Estado, las obras puedan comenzar a finales de 2016». Spoiler: no.
El lío burocrático resultó más enrevesado de lo que se preveía y solo acabó de deshacerse del todo el pasado mes de junio.
Desde aquel 2001 en el que nació la Ciudad de la Justicia como concepto han pasado cuatro presidentes del Gobierno -José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez- y doce ministros de Justicia, cinco del PP y siete del PSOE: Ángel Acebes, José María Michavila, Juan Fernando López Aguilar, Mariano Fernández Bermejo, Francisco Caamaño, Alberto Ruiz-Gallardón, Soraya Sáenz de Santamaía, Rafael Catalá, Dolores Delgado, Juan Carlos Campo, Pilar Llop y Félix Bolaños.
Bolaños, por cierto, vendrá el jueves a Valladolid. Lo hará con la licitación de la redacción del proyecto bajo el brazo. 23 años después.
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