José Antonio Salvador Insúa, decano de la nueva Facultad de Comercio y Relaciones Laborales

«Los alumnos del grado de Comercio de la UVA tienen pleno empleo»

–En su día también fue el primer decano de la fusionada Facultad de Comercio. Es usted un pionero.

–Sí (sonríe). Por las circunstancias de la vida, de la evolución del sistema universitario español, me han tocado diferentes cambios. Hay que afrontar estos retos, son las cosas que me motivan a continuar en el cargo.

–¿A qué responde la unión entre los dos centros y en qué se va a notar?

–Nos lo solicitó la Facultad de Ciencias del Trabajo. Consideraban que para ellos era la mejor salida, porque pasaban por circunstancias quizá no sencillas. Lo analizamos y nos pareció que podía aportar mucho a la Universidad y a la sociedad. Juntándonos tenemos más profesores y más alumnos, podemos tener más medios e investigar más y tener mejores programas Erasmus. Lo importante es que la fusión se ha hecho desde el respeto a los dos centros, manteniendo la filosofía de cada uno, en nuestro caso Comercio.

–¿Qué filosofía es esa?

–Se basa en tres pilares. La igualdad entre compañeros, aquí no hay discriminaciones a la hora de elegir horarios. Segundo, que para nosotros es muy importante dar las clases y darlas bien. Y en tercer lugar el trato amable como los alumnos, no les regalamos nada pero les tratamos bien.

–¿Cuáles son los números de la nueva facultad?

–El presupuesto todavía no lo sabemos, pero escaso, porque en la Universidad pública siempre lo es. Los profesores somos unos 120 entre los dos centros, tenemos 22 personas de administración y servicios y unos 1.250 alumnos. El grueso en Valladolid, mil, y 250 en Palencia.

–¿Qué planes tiene para esta nueva etapa?

–En la sede de Valladolid, consolidar lo hecho y tratar de mejorar. El grado en Comercio va muy bien, pero hay que seguir trabajando para actualizar los planes de estudio y que nuestros alumnos sigan con el pleno empleo como tienen ahora. Del doble grado de Comercio y Relaciones Laborales sale la primera promoción este año, hay ver cómo funciona por si hay que hacer algún cambio. En el grado en Relaciones Internacionales hay que buscar prácticas y salidas profesionales, que son muchas. Los cuatro máster hay que consolidarlos y tenemos un Semestre Internacional en inglés que atrae a 90 alumnos de fuera de febrero a junio. Creemos que es el futuro. Y en la sede de Palencia hay que trabajar para que el grado en Relaciones Laborales tenga más alumnos y plantearse si ponemos algún máster. Ya es una facultad importante, pero queremos que tenga la relevancia social que tiene la de Valladolid.

–Por lo que dice, los jóvenes salen preparados para integrarse en un mercado laboral tan cambiante como el actual, al menos en el caso de Comercio.

–Es verdad que el mercado laboral es cambiante, pero tiene una carencia esencial: no hay jóvenes y la demanda es grande. Mi principal quebradero de cabeza cuando recibo la llamada de una empresa pidiéndome un estudiante para trabajar es que me cuesta encontrarlo. Todos acaban trabajando, muchos incluso antes de graduarse. Hacen las prácticas y se colocan, y el que no lo hace muchas veces es porque no quiere. No vemos que tengan dificultades para encontrar empleo. Es más, vemos lo contrario, que las empresas tienen problemas para cubrir sus plantillas.

–Como experto en comercio, ¿cuál es su diagnóstico sobre el sector?

–Hay desde grandes compañías multinacionales que venden por Internet las 24 horas los 7 días de la semana y les va muy bien, aunque tienen sus miserias, a grandes superficies de las que unas están mejor y otras peor. Y luego está el pequeño comercio de proximidad, que lo está pasando mal pero tiene capacidad para sobrevivir y lo ha demostrado. Hay pequeños comercios con 100 e incluso 150 años de historia, y a la gente siempre le va a gustar ir a la tienda y hablar con el dependiente. ¿Qué tienen que hacer? Adaptarse. En la facultad tenemos un proyecto para que las nuevas tecnologías sean su aliado, para darles información y que puedan tomar decisiones, para enseñarles a digitalizarse.

–¿La sociedad valora lo suficiente el comercio de proximidad?

–A veces no. Preferimos ir a grandes centros comerciales, que son cómodos porque tienen aparcamiento y mucha oferta, y no pensamos qué sería de nuestra ciudad si el pequeño comercio desapareciera. Los escaparates encendidos dan seguridad y hacen que las calles sean bonitas. Es muy importante que mantengamos este patrimonio.

–A expertos como usted es habitual pedirles su opinión sobre la marcha de la economía.

–Vamos razonablemente bien. La economía española y la de Castilla y León crecen sobre todo por el turismo y los fondos de la UE. Sería bueno que diversificáramos un poco y apostáramos por el empleo industrial, de mucha más calidad. Pero lo que más me preocupa es la situación demográfica. No estamos afrontando el envejecimiento tan fuerte que tenemos y lo que va a implicar para el Estado en gasto en sanidad, pensiones y servicios sociales.

–En Valladolid nuestra principal industria, la del automóvil, se está resintiendo…

–Es que en la UE tenemos que replantearnos lo que estamos haciendo. Estamos apostando mucho por el coche eléctrico para no contaminar, pero eso ha hecho que dependamos tecnológicamente de China y que el sector automovilístico europeo tenga dificultades. Nosotros somos parte de Europa y no podemos evitarlo.

–¿Se acabó pensar en local, hay que pensar en global?

–Por supuesto. Nuestras empresas venden y compran en todo el mundo y hay que tener muy claro cómo está la geopolítica. Por eso a nuestros alumnos les decimos que hay que hablar idiomas, para poder negociar.

–¿Qué consejo les da a los jóvenes que están en el trance de elegir estudios?

–Que estudien lo que les guste, lo que les apasione. Lo más importante es trabajar en lo que te gusta, porque entonces tu trabajo será tu hobby y disfrutarás de la vida. Lo digo porque tengo esa suerte. Vas a dedicar un tercio de tu vida o más a trabajar, si lo haces en algo que te gusta habrás dado un paso muy importante para ser feliz. Y una vez estés en algo que te gusta hazlo bien, aunque solo sea para sentirte contento contigo mismo.