Cinco de los siete acusados que decidieron ir a juicio sin pactar con la Fiscalía han sido absueltos de todos los delitos (contra la salud pública y pertenencia a grupo criminal) de la macrocausa de la operación antidroga Drache. Tan solo Tsonka Velkova Zheleva, conocida como 'la reina del speed', y Daniel Guadarrama Cotado han sido condenados por la Audiencia de Valladolid. Unas penas que se elevan hasta los cuatro años y ochos meses en el caso de 'la reina del speed', «al ser la responsable de la distribución de sulfato de anfetamina en Valladolid», y hasta los cuatros años para Guadarrama Cotado por «ser encargado de guardar y adulterar y las sustancias estupefacientes por cuenta de Tsonka Velkova Zheleva».
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Entre las absoluciones destacan las del considerado por el Ministerio Público como el cerebro de la trama, Ibón Álvarez Moreno, que se enfrentaba a penas de prisión de doce años (ocho años y medio por delito contra la salud pública de sustancias que causan grave daño contra la salud, dos años por delito contra la salud pública de sustancias que no causan grave daño contra salud y un año y medio por pertenecer a grupo criminal).
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Al resto de acusados absueltos, Jonathan Casillas Pérez, Ibón Medinabeitia Arévalo, Arturo Fernández Marco y Javier Domínguez González, la Fiscalía de Valladolid les pedía ocho años y medio de prisión (siete por delito contra la salud pública de sustancias que causan grave daño contra la salud y un año y medio por pertenencia a grupo criminal) y una multa de 900.000 euros. «Estima la Sala que la participación de Ibón Álvarez Moreno en los hechos que se le atribuyen por el Ministerio Fiscal no puede considerarse acreditada puesto que se sustenta en manifestaciones (las de los agentes que participaron en la investigación) en las que se aportan datos o indicios que, pudiendo generar sospechas al respecto, no resultan bastantes para el logro del convencimiento que exige el pronunciamiento penal condenatorio», reflejan los fundamentos de derechos de la sentencia ante la que cabe recurso de apelación ante el Tribunal superior de Justicia.
De esta forma, la Audiencia de Valladolid no ve indicios de delito pues «es cierto que de los contactos y movimientos de dicho acusado no aporta detalles concretos que, permitiendo vincularle de manera inequívoca con las actividades relacionadas con el tráficos de sustancias estupefacientes que son objeto de enjuiciamiento en esta causa, integren prueba o indicio que permita considerar acreditada dicha participación», añade.
Misma argumentación que se esgrime en el resto de acusados absueltos al no quedar probada su implicación en la operación.
Con anterioridad al juicio, 19 de los acusados ya pactaron con Fiscalía y evitaron, de esta forma, acudir a unas vistas orales que se alargaron durante diez días.
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De esta forma, las conformidades, en las que se reflejaban los atenuantes de drogadicción en todos ellos, afectan a Alexander Casillas Pérez (seis años y medio de prisión), José Suárez López (tres años), Jesús María Álvarez González (tres años), Félix Irulegui Urquía (tres años y ocho meses), Íñigo Andreu Ahedo (tres años y medio), José Antonio Murillo García (seis años y medio), José Miguel López Fernández (cuatro años), Jorge García Marcos (tres años y ocho meses), Iker Gabicagogeascoa Miranda (dos años y cuatro meses), Carlos Santiago Reyes (un año), Iñaki Tejedor Montes (un año y medio), Ricardo Soriano Sánchez (seis años y medio), Iván Esteban Losa (seis años y medio), Serafín Esteban Losa (dos años), Jesús Ángel Dueñas Herrero (tres años), Jairo Cuadra Lozano (dos años y medio, uno de ellos por tenencia ilícita de armas), Alejandro Borja Borja (un año y medio), Khalid Idrissi-Ghlimi Chergui (un año y medio) y Fátima Ezzahra Barahou (declarada cómplice y que ha pactado un año de prisión).
Unos pactos que se ampliaron con el acuerdo de Sergio Gairín García, declarado en búsqueda y captura al no presentarse al juicio. Tras dar con él, Gairín García, que se enfrentaba inicialmente a unas penas de ocho años y medio, acordó 18 meses de cárcel y una multa de 18.000 euros (con arresto sustitutorio de un día por cada 200 euros impagados).
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La investigación de la operación 'Drache' arrancó en Valladolid en abril de 2019 y finalizó en febrero de 2020 con la detención de 32 personas (16 en el País Vasco, 11 en Valladolid, dos en Sevilla y una en Asturias) y la intervención de 200 kilos de droga valorada en 500.000 euros, cuatro armas de fuego, 45.000 euros en efectivo y 12 vehículos. Las pesquisas se iniciaron con una denuncia anónima en el bar El Rincón del Cómico de Valladolid, como epicentro desde el que se suministraban productos psicotrópicos y estupefacientes tanto en la ciudad como en la provincia.
Las investigaciones realizadas, entre ellas los pinchazos telefónicos realizados, llevaron a Guardia Civil y Policía Nacional de Valladolid a sospechar de la actividad criminal de «mayor alcance» de un grupo dedicado al tráfico de sulfato de anfetamina, heroína, cocaína y cannabis. Unas escuchas que dos abogados de la defensa solicitaron su nulidad al «no haber datos objetivos» para decretar esos pinchazos. Hasta mencionaron la sentencia de la operación 'Rosado', en la que quedaron anulados los pinchazos telefónicos.
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La explotación de la operación se realizó en varias fases. La primera de ellas arrancó el 23 de diciembre de 2019 con la detención de dos personas, dos transportistas que desde Sevilla exportaban marihuana «de gran calidad y alto contenido de THC» conocida como Skunk a Alemania y Holanda. A ellos se les ocupó 140 kilogramos de cogollos.
Desde esos países, y aprovechando el viaje de vuelta, se «importaba» speed y heroína que llegaban a Vizcaya donde se encontraba el considerado «jefe del entramado», Ibón Álvarez, de 38 años, que era objetivo de la Ertzaintza, y que había sido detenido en 2011 en Rumanía en posesión de 150 kilogramos de cocaína en una operación policial en la que intervino la DEA, la agencia antidroga americana.
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Sucesos en Valladolid
El presunto líder de la organización tenía contactos en el extranjero, «no tocaba la droga» y actuaba «por encargo», lo que «dificultaba» la investigación. Además, tenía un cobrador que era un exboxeador profesional, según explicaron en su momento mandos de los distintos cuerpos.
Entre el material ocupado en la operación figuraban 155 kilos de marihuana 'Skunk', 6 kilos de speed, 1,2 kilos de heroína, 205 gramos de cocaína, 3000 plantas de marihuana, 1,7 kilos de hachís, 45.000 euros en metálico, 7 kilogramos de sustancia de corte, cuatro armas de fuego, alguna de ellas robadas, y una docena de vehículos, con placas falsas en alguno de ellos.
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