Dos años y dos días de prisión por acoso sexual para el encargado de una hamburguesería

El acuerdo, suscrito con anterioridad al juicio, que está previsto para esta mañana en el Juzgado de lo Penal 1 de Valladolid, será ratificado por el acusado ante la magistrada, de manera que no será necesaria la celebración del juicio, una vez que se comprometa a no recurrir la sentencia y a indemnizar a las víctimas.

Los abusos y el acoso contra las tres empleadas fueron independientes y en un periodo de tiempo comprendido entre inicios de 2018 y finales de 2019, según refiere el ministerio público en su escrito de acusación. El primer caso data de marzo de 2018, cuando entró trabajar en la empresa una de las denunciantes. Tras su incorporación, el encargado le empezó a hacer insinuaciones sexuales con frases como «qué guapa eres», «qué bien estás», «qué buena estás» o «cómo te vistes» para continuar con otros comentarios más fuertes del tipo «te follaría», «qué rica estás» o «te comería entera».

El acusado se envalentonó con el transcurso del tiempo y habría comenzado a darle abrazos «efusivos y forzados», con tocamientos en el culo y en los pechos mientras le abrazaba. En una ocasión, relata el escrito de conclusiones, cuando se encontraban en el almacén, la empleada se resistió y le gritó que era un cerdo. A los gritos acudió la subgerente del negocio, a quien la víctima le comentó lo sucedido, y fue cuando se enteró de que a otras compañeras les pasaba lo mismo. También hubo un viaje en coche, en el que Gigi Paul le dijo «si te violó aquí ahora, quién se va a enterar».

En la segunda mitad de 2019 el acusado se dirigió a otra compañera, a la que empezó a hacer comentarios sexuales y similares a los del resto de las víctimas. Un comportamiento que fue a más, al rozarse con ella y abrazarla. Según la Fiscalía, aprovechó que en el almacén de la hamburguesería, donde no hay cámaras de videovigilancia, para agarrar a la cara de su compañera de trabajo y besarla a la fuerza en los labios. En otra jornada laboral, le agarró los glúteos con fuerza.

El acoso sexual a la tercera trabajadora se habría iniciado en noviembre de 2019, al mes de entrar a trabajar en el establecimiento, cuando empezó a recibir comentarios continuos del acusado, del tipo «qué buena estás, te comería entera». Más tarde, Gigi Paul M. comenzó con el contacto físico en lugares sin cámaras, al tiempo que ejercía fuerza para presionar los pechos de la mujer contra su propio pecho. Otras veces, relata el escrito de la Fiscalía, le olía el cuello y en una ocasión llegó a besarle en el mismo sin que ella pudiera impedirlo.