Valladolid

Casi 400 personas visitan el belén de la familia que abre su casa de la calle Santiago

Laura compró cuando era niña, en el Simago de Valladolid donde trabajaba su abuelo, las primeras figuritas. Después, con el paso de los años, el montaje ha crecido con las aportaciones de sus hijos.

El resultado pudo ser contemplado por las decenas de vallisoletanos que se acercaron hasta este hogar imbuido del espíritu navideño. «Por suerte no ha habido aglomeraciones. La gente parece que se ha repartido a lo largo del día, así que no ha habido largas colas, que era el mayor temor que teníamos», explica.

En los momentos de mayor afluencia (a última hora de la mañana), las visitas sí que eran más rápidas, pero, cuando había menos gente, «se podía ver todo con algo más tranquilidad». «Incluso ha habido gente que ha venido por la mañana y que luego por la tarde ha vuelto con amigos o familiares», cuenta Laura, una entregada anfitriona que ha ofrecido a los asistentes polvorones, dulces navideños, tortilla de patata y empanada casera para agradecer la visita. Además, a lo largo de la tarde, los niños de la familia (Carolina, Isabel, Juan Manuel y María), acompañados por amigos, han lanzado dulces desde el balcón.

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«Hay personas que nos han preguntado si pueden venir otros días a visitar el belén y, desgraciadamente, les hemos tenido que decir que no. Por eso organizamos una jornada concreta de visitas, porque es mucho jaleo el que se genera», explica la familia, contenta por el recibimiento que ha tenido su belén.