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Javier Rodríguez, enólogo y propietario de Bodega Rodríguez y Sanzo, mostrando el vino con crianza en barrica de whisky. Rodrigo Ucero
La bodega de El Norte

El vino tinto castellano con aires escoceses que triunfa en Suiza

«Nos recuerda al whisky, porque sabe a torrefactos, a caramelos, a ahumados», comenta Javier Rodríguez, enólogo y propietario de Bodega Rodríguez y Sanzo

Lunes, 13 de enero 2025, 06:59

La idea parte del cincuenta cumpleaños de Javier Rodríguez, enólogo y propietario de Bodega Rodríguez y Sanzo. Una ocasión en la que quería hacer un vino muy especial para compartirlo con sus amigos y familiares. Cuando meditaba la idea de cómo hacer una bebida diferente, en su mente debieron sonar gaitas escocesas, las cuales no han dejado de entonar esa melodía, porque esa invención se ha convertido en el vino más icónico de la marca. Su particularidad: «es el único vino español criado en barrica de whisky».

La materia prima es tinto de la zona de Toro. «Necesitamos que sea un vino poderoso, con estructura, con potencia porque tiene que aguantar mínimo 18 meses en una barrica», explica Javier Rodriguez. El enólogo detalla que con este tipo de barricas lo que realmente buscan es darle una carga importante de complejidad en cuanto a chocolates, tostados, torrefactos y mineralidad. Además, asegura que necesitan que sea un vino potente para que las turbas provenientes de la crianza en whisky no camuflen ni desvirtúen la calidad del vino.

Barricas de las Highlands escocesas

Para la crianza de este vino se usan barricas que han tenido un tostado muy alto en Escocia, concretamente, en las Highlands (Tierras Altas) y tras dos años siendo usadas para la crianza del whisky vienen a España. «Es una barrica con los taninos muy maduros, muy dulces, con mucha complejidad aromática pero sin el exceso de tostados y eso hace que este vino sea muy diferente», añade el propietario de Bodega Rodríguez y Sanzo.

¿Un vino con sabor a whisky?

Definitivamente, no. Este vino ni es ni sabe a whisky. No hay whisky metido en la mezcla. Además, no es más alcohólico que ningún vino de Toro o del Valle del Duero. Realmente las barricas cuando llegan a España llevan un proceso de lavado para estar seguros de que no quede ninguna molécula de whisky en la barrica. Lo que sí queda es esa característica que puede recordar al este destilado son los torrefactos, los sabores a caramelos o a ahumados que vienen por la barrica.

Además, la vida de la barrica es limitada. Las más viejas tienen cuatro años. En la bodega, este periodo aún está por determinar, pero probablemente sea de un año o dos, sumados a los dos años de uso que ya tenían. Después, una barrica que ha pasado por whisky y que ha pasado por vino, realmente ya no vale para nada más. Podría valer para un vinagre, un vino dulce o, sencillamente, para decoración.

Botella del vino criado en barrica de whisky. Rodrigo Ucero

Producción limitada y al detalle

El cierre de la botella es de cera que, además de tener un sentido decorativo, protege muy bien el corcho de la oxigenación. Lo que hace que el vino tenga más capacidad de envejecimiento. Asimismo, lo protege en el caso de una zona húmeda, por ejemplo, en una bodega subterránea, tiene una cierta transpiración, pero menor.

La producción es pequeña, unas 50.000 botellas la última añada, repartidas por todo el mundo, principalmente Europa. Su principal cliente es Suiza, donde se va el 60% de la producción. Luego está repartido por toda Europa, y en España también repartido por la hostelería media-alta. En Valladolid se puede encontrar en varios restaurantes de gama alta, además de en algunas vinotecas.

Un vino de contemplación

No es el único vino del mundo criado en barrica de whisky, existen otros en otras variedades y en otros países. Asimismo, también hay vinos en barrica de bourbon. La barrica de bourbon es aún más tostada, mucho más torrefacta y eso hace que domine mucho más sobre el vino.

Este vino es recomendable para sentarse después de cenar o de comer con él. Un vino de contemplación, como lo denomina Javier Rodriguez: «Que sea un vino que nosotros llamamos vinos de contemplación, vinos de chimenea, vinos de disfrutar solo, con familia o con amigos».

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