Tráfico

Una empresa ensaya la carga inalámbrica de coches eléctricos en movimiento

Las estaciones de recarga podrían ser cosa del pasado. Hasta ahora, los vehículos eléctricos han necesitado siempre este tipo de infraestructuras para rellenar su batería y España, según datos de la Comisión Europea, cuenta actualmente con 34.380 puntos públicos de carga, a pesar de que la patronal de fabricantes (Anfac) apunta que muchos de ellos no se encuentran operativos y realmente son solo 18.128 los disponibles en la actualidad. En cualquier caso, lo que es una realidad es que cada vez más ciudades han decidido instalarlos ante la decisión de la Unión Europea de dejar de fabricar vehículos de gasolina y diésel a partir del año 2035 con el objetivo de reducir la contaminación.

Sin embargo, en los últimos meses han salido a la luz nuevos proyectos que podrían frenar el auge de los puntos de carga. Según ha informado la Dirección General de Tráfico (DGT), la empresa de autopistas A35 Brebemi, perteneciente al grupo mexicano Aleatica, está trabajando en un nuevo sistema llamado 'Arena del Futuro', con el objetivo de poner a punto un sistema de recarga inalámbrica para vehículos en movimiento en donde colaborarán empresas como Fiat.

De hecho, la marca italiana de automóviles ya ha realizado pruebas de transferencia inalámbrica con el modelo eléctrico 'Cinquento', en un circuito de pruebas que emplea un sistema de bobinas bajo el asfalto, alimentado por una potencia eléctrica de un millón de vatios. Este sistema es capaz de cargar las baterías de todo tipo de vehículos, desde turismos hasta autobuses, sin la necesidad de cables ni puntos de carga, tal y como han podido asegurar los fabricantes.

Durante dichas pruebas, realizadas a velocidades propias de autopista, una media de 120 kilómetros por hora, el Fiat eléctrico recibe directamente desde el pavimento la electricidad suficiente para recorrer cualquier distancia, sin tener que consumir energía de su propia batería. Es más, no solo no pierden autonomía, sino que recargan sus baterías mientras ruedan. Además, los expertos de estas pruebas han asegurado que la transferencia de energía es similar a la que se puede conseguir con una recarga rápida, lo que significa que si las autopistas cuentan en un futuro con este sistema, ya no será necesario contar con puntos de carga.

No obstante, uno de los puntos débiles de este proyecto es el elevado coste que supondría, ya que además de necesitar numerosas bobinas y una instalación eléctrica de alto voltaje, se debería de realizar un mantenimiento adecuado y tener que efectuar obras en las autopistas para su instalación. Por tanto, de momento estamos solo ante un proyecto a largo plazo, lo que significa que por ahora los puntos de carga continuarán siendo la principal fuente de alimentación de los vehículos eléctricos.

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