Desde que la comida japonesa se ha asentado en nuestro país nos hemos acostumbrado al consumo de algas. Las algas marinas aportan un alto valor nutricional a la dieta por la presencia de importantes macro y micronutrientes pero también puedes acarrear serios problemas para la salud y están contraindicadas en algunos grupos de población.
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En primer lugar hay que tener en cuenta que presentan un alto contenido en yodo, un elemento esencial en la producción de las hormonas tiroideas. El yodo es indispensable para el organismo pero un nivel elevado en la dieta de manera continuada puede estar relacionados con un aumento de patologías de la tiroides como hipertiroidismo, hipotiroidismo, bocio y/o autoinmunidad tiroidea. Por eso, las personas con disfunción tiroidea o que tomen medicamentos que contengan yodo deben evitar el consumo de alimentos que contengan algas, especialmente de la especie Kombu (Laminaria japonica, Saccharina japónica), debido a la alta cantidad de yodo que aportan en su composición. Asimismo, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda evitar su consumo por niños y niñas, así como por mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. El motivo es que la exposición continuada en el feto y en niños y niñas pequeñas podría tener efectos negativos sobre la función tiroidea, de especial repercusión en las etapas de crecimiento y desarrollo.
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Rebeca Alonso
El alga Kombu (Laminaria japónica o Saccharina japónica) es un alga de color parduzco (no es el alga que se utiliza para elaborar sushi) con aspecto laminar que alcanza de 2 a 3 metros de longitud y se cultiva y consume principalmente en Japón. Constituye el ingrediente fundamental utilizado para elaborar el dashi (caldo básico de la cocina japonesa, que se utiliza como base para las sopas como la de miso).
Por otra parte, existe un tipo de alga que contiene una alta cantidad de arsénico inorgánico, una sustancia clasificado por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) como de categoría 1, lo que indica que hay suficiente evidencia de que es cancerígeno en humanos pudiendo dar lugar a cáncer de vejiga, pulmón y piel. Además, se trata de un elemento que presenta numerosos efectos tóxicos en el sistema nervioso, respiratorio, cardiovascular, etc., siendo las lesiones en la piel el principal efecto adverso asociado a una exposición prolongada. Por todo ello, la AESAN advierte de que es necesario evitar siempre que sea posible el consumo de algas hiziki y elegir tipos alternativos de algas marinas (es el único tipo de alga con un alto nivel de arsénico). También es aconsejable leer las etiquetas de los alimentos y asegurarse de que no contienen hiziki. Hay que resaltar que Las algas Hiziki, cuando se someten a un proceso de ebullición, reducen su contenido en arsénico total, por lo que la ebullición es un proceso culinario eficaz para disminuir el riesgo de exposición al arsénico.
Las algas Hiziki (también conocidas como hijiki, MeHijiki o Hizikia fusiforme) son fáciles de distinguir de otras algas marinas debido a su característica apariencia negra y filamentosa, tiene una textura blanda y con un sabor salado. Se caracteriza por ser rica en fibra y minerales (calcio, fósforo y yodo) y no se utiliza en las elaboraciones de sushi.
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