La OMS alerta del peligro del consumo de edulcorantes

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado este lunes de los riesgos que conlleva el consumo de edulcorantes, unos productos que cada vez se consumen más para sustituir el azúcar. Según esta organización, no son efectivos para controlar el peso a largo plazo, carecen de valor nutricional y pueden aumentar el riesgo de diabetes de tipo 2, de enfermedades cardiovasculares y de mortalidad cuando se consumen por un tiempo prolongado. Por ello, la OMS desaconseja el uso de edulcorantes, al igual que el del azúcar. Lo ideal es llevar una dieta libre de azúcar refinado y de edulcorantes desde una temprana edad para disfrutar de una mejor salud y acostumbrar al paladar a sabores menos dulces.

Esta nueva directriz de la OMS se aplica a todos los edulcorantes no nutritivos sintéticos y naturales o modificados que no están clasificados como azúcares y se encuentran en alimentos y bebidas, o que se venden solos para que los consumidores los añadan a alimentos y bebidas. Entre los edulcorantes no nutritivos más comunes se encuentran el acesulfamo K, el aspartamo, el advantamo, los ciclamatos, el neotamo, la sacarina, la sucralosa, la estevia y los derivados de la estevia. La recomendación no se aplica a los productos de higiene y cuidado personal que contienen estos edulcorantes, como dentífricos, cremas para la piel y medicamentos, ni a los azúcares y alcoholes de azúcar (polioles) bajos en calorías, que son azúcares o derivados del azúcar que contienen calorías y, por tanto, no se consideran edulcorantes no azucarados.

En los últimos años, edulcorantes como la estevia, el xilitol y el eritritol se han puesto de moda por ser de origen natural y no sintético, ya que la estevia es una planta (se utilizan sus hojas o un derivado en polvo o líquido procedente de ellas) y los otros dos son polialcoholes naturalmente presentes en algunos alimentos como las frutas. Sin embargo, recientemente han surgido muchas dudas sobre sus posibles efectos. Un estudio publicado por investigadores en la revista Nature Medicine señala que el eritritol a que podría favorecer la producción de coágulos en pacientes con alteraciones cardiovasculares, por lo que aumenta los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares, ictus e infartos.

Por otra parte, los polialcoholes pueden tener un efecto laxante y producir efectos secundarios en personas con problemas de digestión o enfermedades como el colon irritable. En cuanto a la estevia, es complicado encontrarla en su formato natural (hojas) y en su preparación en polvo o líquido suele llevar conservantes y otros edulcorantes añadidos. Además, se ha demostrado que el consumo de edulcorantes provoca que el paladar se acostumbre demasiado al sabor dulce.

Vale la pena recordar que los picos de glucosa que ocasionan los productos con un alto índice glucémico como el azúcar, la miel o las harinas refinadas están cada vez más relacionados con diversas enfermedades y problemas de salud.

Según explica Francesco Branca, «el azúcar no es necesario desde el punto de vista nutricional. La OMS recomienda que, si se ingieren azúcares libres, aporten menos del 10% de las necesidades energéticas totales; además, se pueden observar mejoras en la salud si se reducen a menos del 5%. Esta proporción equivale a menos de un vaso de 250 ml de bebida azucarada al día».

En cualquier caso hay que tener en cuenta que, aunque dejemos de utilizar el azúcar de mesa para añadirlo al café, a los postres y otras elaboraciones culinarias, la gran mayoría de los productos que encontramos en los supermercados llevan azúcar añadido, a veces bajo otro nombre para despistar al consumidor, como como glucosa, sacarosa, dextrosa, jarabe de glucosa, fructosa, oligofructosa, jarabe de fructosa, miel, zumo de fruta concentrado, etc. Se añade prácticamente a todo, no solo a galletas y bollería, sino también a salsas de tomate, embutidos o cereales de desayuno, por ofrecer algunos ejemplos.

También ocurre con las papillas para bebés, como alertó recientemente la OCU. No solo se les añade azúcar refinado, sino que muchas veces ese azúcar está escondido. Debemos fijarnos en el listado de ingredientes y evitar los preparados que contengan cereales dextrinados o hidrolizados, ya que se someten a procesos donde se 'fuerza' el azúcar. Además, lo más recomendable es que los cereales que contengan sean integrales y no refinados, para que el índice glucémico sea menor.

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